Washington, D.C. / Junio 14.-
La niña Katherine Figueroa, nacida hace diez años en Estados Unidos de padres indocumentados, imploró al presidente Barack Obama que frene la ley antiinmigrante SB1070 de Arizona y la cooperación de la policía local con agentes federales de inmigración.
“Por favor, díganle al presidente Obama que deje de poner a nuestros padres en la cárcel, todo lo que ellos quieren es un mejor futuro para sus niños”, dijo la menor la semana pasada a legisladores en una audiencia ante el Congreso patrocinada por el representante Raúl Grijalva.
La SB1070, que entrará en vigor el 29 de julio próximo, autoriza a la policía indagar la situación migratoria de un detenido si tiene sospecha razonable que es indocumentado, pero grupos pro inmigrantes han advertido que esa ley se prestaría a arrestos discriminatorios.
La menor rechazó también el programa 287g, que al igual que uno similar denominado Comunidades Seguras, se enfoca en extranjeros en las cárceles con antecedentes criminales para su deportación.
Figueroa relató que el año pasado sus padres fueron encarcelados por tres meses tras ser arrestados en una de las operaciones contra inmigrantes indocumentados que impulsa el alguacil del condado de Maricopa en Arizona, Joe Arpaio.
“Fue muy duro para mí cada vez que iba a la escuela. Pensaba que quizás vería a mis padres al regresar a casa. Tenía pesadillas que los policías se podrían llevar a mi tía, a su familia y a mí a la cárcel. Todavía tengo miedo de los policías”, relató.
Señaló que en una oportunidad quiso visitar a un familiar que estaba en el hospital, pero como vio que había policías, prefirió no entrar.
“El año pasado participé en una marcha de niños para mostrar que no sólo los padres están luchando, sino también sus hijos están haciendo lo mismo para cambiar las leyes que nos separan de nuestros padres”, afirmó.
“Por favor, díganle al presidente Obama que frene la SB1070 y 287g que son leyes racistas que permiten que la policía detenga a cualquiera de piel oscura y que Arpaio haga preguntas como si fuera agente de inmigración”, imploró.
La audiencia de la semana pasada incluyó testimonios de víctimas de violencia doméstica, que advirtieron que muchas mujeres con una situación similar, pueden evitar el contacto con la policía por temor a la deportación debido a su estatus migratorio.
“Con la SB1070, las mujeres temerán llamar a la policía, ellas sufrirán en silencio”, dijo Alma Mendoza, quien indicó que junto con sus hijos sufrieron violencia doméstica por 15 años, hasta que tuvo la valentía de llamar a la policía para que la ayude.
En declaraciones a medios de prensa locales, el alguacil Arpaio, quien mañana lunes cumple 78 años de edad, defendió su lucha contra los indocumentados y rechazó la audiencia organizada por el congresista demócrata Raúl Grijalva.
“Puede tener todas las audiencias que quiera. Puede tener todos esos testigos que cambien los hechos. Yo sé los hechos reales, y él puede poner su show”, señaló.
Varios niños han expresado abiertamente su preocupación por la posible deportación de sus padres indocumentados. El mes pasado, la niña Daisy Cuevas, de 7 años, dijo a la primera dama estadunidense Michelle Obama que su mamá no tenía papeles.
Más de cinco millones de niños en Estados Unidos tienen al menos un padre indocumentado y 73 por ciento de esos menores son ciudadanos estadunidenses, según un informe de First Focus y Migration and Child Welfare National Network.
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