Auditar a México

Se aproximan las elecciones intermedias del 2009, termómetro que anticipa si los gobiernos locales, algunos estatales y el federal, así como congresos locales y la Cámara de Diputados pasan la prueba de los ciudadanos, cuando vayan a las urnas el 5 de julio. Las encuestas dicen que el PAN va a perder ahora, como preludio del regreso del PRI en 2012 a la Presidencia, y que el PRD dilapidó y no recuperó la copiosa votación que le entregó Andrés Manuel López Obrador en 2006. De no ocurrir algo extraordinario, estos comicios podrían ser asunto de dos, con excepción del importante bastión que representa para la izquierda el Distrito Federal.
Al PRI le favorece que seamos un pueblo sin memoria. Ante los malos gobiernos se repudia al que está en el poder y se regresa por más de lo mismo. El PAN ha hecho su parte para que el ciudadano poco interesado en la cosa política se convenza de que el PRI era menos peor. Pobre país si tiene que decidir entre lo malo por conocido y lo malo recientemente experimentado. La izquierda no se salva porque no sabe ponerse de acuerdo. Tiene una sola ventaja: al no haber llegado a la Presidencia se desconoce qué papel desempeñaría. Sin rendición de cuentas, no hay forma de enderezar el quehacer político a menos que los ciudadanos exijan auditorías a gobiernos e instituciones.
El PAN está en la Presidencia porque se conjuntó el hartazgo del priismo y la oferta de cambio que se comprometió a deshilvanar los usos y costumbres del Sistema Político Mexicano, donde la corrupción somos todos (los políticos, dixit). Cuando Fox se sentó en la silla se apoltronó en el estilo priista para darle larga vida, desde otro partido. El hombre no tenía experiencia; si lo hubieran aceptado, pudo haberse postulado por el PRI, le daba igual. Buscó un vehículo para montarse en el proceso electoral. No le llevó mucho a Fox demostrar que además de su nula preparación, era igual de corrupto, aunque sus raterías fueran más rupestres que las priistas.
A la llegada de Felipe Calderón se estimó que su pasado partidista en el PAN le ayudaría en la tarea de gobernar; fue otra equivocación del elector. Dos malos gobiernos panistas consecutivos dejan entreabierta ahora la puerta al PRI. Pero si a los votantes les llevó 71 años sacar al PRI, dejarlo regresar puede ser para siempre. Para el PRI ni siquiera es imprescindible que la gente lo elija. El tricolor sólo requiere abstencionismo y él se encarga del resto. Para eso tiene experiencia en la movilización del voto duro. El PRI no le apuesta a su reciclaje, ni se molestó en resanar un poco sus viejas prácticas. Espera que su regreso lo marcará los pésimos resultados del PAN. Aunque el ciudadano puede tomar la peor decisión, que es no votar.
México ha sido sexenalmente exprimido, pero 77 años de corrupción, malos manejos, y grupos privilegiados, ya no dan para mucho. Los gobiernos debilitaron la economía, vulneraron el bienestar ciudadano, toleraron la violencia y convivieron con el narcotráfico.
Ahora la noticia es que el narco no sólo produce el veneno de la droga y siembra ejecutados, sino que es uno de los pilares que mueve la economía. Calderón no ocultó su molestia por las críticas de Dennis Blair, director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, que recomendó a los estadounidenses no visitar el país, porque “el gobierno de México perdió control en muchos lugares del territorio nacional”.
Es otra forma de decir que perdió la gobernabilidad. Ante el señalamiento de ausencia de autoridad, la salida cotidiana de Calderón fue retar: “Yo reto a quien diga eso, que me diga a que punto del territorio nacional quiere ir y lo llevo. Lo único que pido es que no vengan de vacaciones, como parece que vienen algunos analistas”.
¿Y los llevará –preguntarán algunos- con o sin escolta ?
Y continuó: “Exijo que vayamos al punto que quieran del territorio nacional para demostrar el imperio del Estado, Sí, tenemos problemas como los que tiene Estado Unidos, pero lo que tenemos nosotros es una firme determinación de terminar un problema que no ha sido creado en nuestro país y que sufre como consecuencia de estar a lado del mayor consumidor de drogas en el mundo y del mayor proveedor de armas del mundo”.
Es un desafío arriesgado porque encontrar un lugar del territorio nacional exento de violencia, no es fácil. Por ejemplo, casi 10 mil soldados y policías federales vigilan las calles de Ciudad Juárez, Chihuahua, en la segunda fase del operativo conjunto contra el crimen organizado, pero con todo y esa vigilancia otras tres personas fueron ejecutadas.
Ni modo de llevar a los estadounidenses a visitar la convulsionada Reynosa, Tamaulipas, ni pensar en la mayoría de los municipios de Nuevo León. No podría incluirse en la visita guiada a Tijuana, con sus al menos 500 secuestros registrados en 2008.
Que Estados Unidos sea el mayor consumidor de drogas y mayor proveedor de armas no exime al gobierno mexicano de cumplir con su deber. Tampoco justifica que por esa vecindad, los gobiernos que hemos tenido hayan robado cada sexenio, tajadas de viabilidad y gobernabilidad. Pero es inaceptable que Estados Unidos pretenda aplicar un plan de emergencia que incluye desplegar al ejército en la frontera .
Encima de la ola de críticas de Estados Unidos, la edición 2009 de la revista Forbes puso el dedo en la llaga al incluir al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera “Chapo Guzmán”, codeándose con las fortunas de Carlos Slim, Alberto Bailleres, Ricardo Salinas Pliego, Jerónimo Arango, Germán Larrea, Roberto Hernández, Emilio Azcárraga Jean y Alfredo Harp Helú. Para Forbes, poco importa si la fortuna procede del narcotráfico, de instituciones bancarias, de monopolios en telecomunicaciones, o de duopolios en televisión. Los une el tamaño de sus riquezas. El dato es que estas fortunas mueven la economía nacional. Las dos fuentes más importantes de ingresos del gobierno “oficialmente” son los petroleros y las remesas. Pero existe otro no aceptado en voz alta, el que proviene del sector narcotráfico. Cabe la pregunta: ¿Qué lugar ocupa el narcodinero dentro de la economía del país?
La realidad es que las instituciones mexicanas que conforman al Estado, dejaron de ser funcionales. Sometidas a una incesante corrupción que sólo cambia de color según el partido en el gobierno, terminaron siendo fachadas.
Ninguna de las “instituciones” resiste una auditoría. Si se aplicara, se derrumbarían. Siendo el nuestro un pueblo conservador, no se percata que al defender al statu quo, va en contra de sus propios intereses. Nunca ha exigido al Estado su derecho a garantizarle calidad de vida. En política, los mexicanos son hechura de la derecha priista, por lo que les resulta difícil buscar otros caminos. Cuando se hartaron del PRI, voltearon a la derecha panista. Pueden cambiar de camiseta, pero prefieren quedarse en el mismo carril. Cualquier institución que se escogiera al azar para auditarla, resultará reprobada. Desde el Banco de México, hasta el IFE; desde el Congreso de la Unión hasta la Presidencia; desde el Poder Judicial hasta el Ejército; desde la CFE hasta Pemex.
Un ejemplo es la Condusef que debería de regular las tasas de interés de los bancos, pero les permite cobrar lo que quieran. Ante la presión para fijarles topes, responde que habría riesgos de monopolios bancarios. ¿Cómo es que esos riesgos no se viven en los países donde las tasas son reguladas?
La clase media mexicana sobrevive hasta la siguiente quincena, recurriendo a la tarjeta de crédito. Pero queda a expensas de la voluntad de los bancos extranjeros. El banco español BBVA Bancomer cobra en México 80 por ciento de interés en tarjetas de crédito, cuando en su país de origen no puede cobrar más de 20.
Claro, la Condusef informa que “sanciona” a los bancos; impuso una multa por 3 millones 863 mil 100 pesos a las instituciones de la banca múltiple, dijo la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en la Cuenta Pública 2007. Los bancos sancionados, BBVA Bancomer, Banamex, Inbursa, Santander, JP Morgan, Monex, American Express, deben morirse de la risa con tales sanciones. Esta multa es el permiso que extiende la Condusef para que los bancos extranjeros, sigan exprimiendo a los usuarios mexicanos.

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