En todas las actividades de la vida los sucesos ocurren, hay un destino y un destinatario, aunque a veces, no se logra; entonces ¡se negocia!, el triunfo o la derrota.
Esto viene a cuento por la exhibición de los restos exhumados de nuestros héroes, del monumento a la Independencia.
Las cabezas de nuestros próceres (porque todos fueron decapitados) fueron exhibidas en las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas como escarmiento para detener los ímpetus independentistas de los Insurgentes.
Así se las gastaron los españoles de aquella época, Hidalgo, Morelos, Aldama, Jiménez, masacrados por Félix Ma. Calleja (despectivo de calle) quien sería posteriormente virrey y tuviera un virreinato ganado a pulso por sus acciones sanguinarias.
Hoy el gobierno de la República intenta de nuevo con nuestros próceres de la Independencia y la Revolución, celebrar el bi y el centenario de esas gestas heroicas, de esas convulsiones sociales, si son como se comprobó su autenticidad, en la época de Adolfo López Mateos o don Gustavo Díaz Ordaz -no tengo la cita- los restos mencionados si pertenecían a nuestros héroes.?¿Pero cuál es el objeto del refrito? ¿Genética o política?
Por lo primero no creo que haya descendientes directos de los próceres insurgentes, de los segundos ¡sí!, pero me atrevo a preguntar ¿a quién beneficia lo anterior? A los muertos insurrectos, a los muertos revolucionarios o a los cientos de inocentes fallecidos en esta guerra actual, que nadie pidió y que la hemos sufrido muchos.
Pregunto ¿que la guerra de Independencia y de la Revolución no fueron contra el conservadurismo más absoluto? Los mismos conceptos y preceptos que preconizan hoy los blanquiazules, ¿a qué estamos jugando entonces? Lo que hoy ocurre se lo debemos a ustedes, a sus prácticas insanas y monopólicas. Porque ¿cómo es posible que en un país de miserables exista uno de los hombres más ricos del mundo?
Dejen a nuestros muertito, reposar en paz, la Independencia ocurrió hace 200 años, la Revolución hace cien. ¿Qué les parece mejor hablar de nuevos logros? Sobre todo en economía, con los bolsillos llenos o en relaciones exteriores, donde hemos estado equivocando el sendero, o en productividad y empleo, eso es lo que nos interesa.
No sigan mal empleando nuestros recursos, el poquísimo dinero de la nación. Sacien el hambre de nuestros hermanos pobres, o mejor dicho, empobrecidos por unos cuantos. Esto último lo dicen los hechos y la historia, por ello se levantaron en armas Hidalgo y Morelos, o pretenden atizar la vieja herida para reiniciar un nuevo ciclo.
Pero ¿cuál es su respuesta?, ¿querían el poder? ¡Lo tienen! ¿Mencionen un beneficio público actual? ¡Cero!
Reescribir la historia no conduce a nada, conducir la historia sí, los héroes verdaderos son los millones de hambrientos mexicanos que llevan a cuestas su hambre y sed de justicia, que buscan horizontes propicios para sus hijos.
Ellos tienen un presente y un futuro provechoso, mismo que hasta ahora se les ha negado, Entonces, ¿qué debemos celebrar? Con el respeto debido, los muertos, ¡muertos están! Nosotros estamos vivos, vamos mejor a construir el México que tanto deseamos… próspero y seguro.
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