Leyendo un libro que habla sobre la dinastía de los Borbones, la casa que gobierna España desde hace siglos, se establece una conexión indisoluble entre la práctica del sexo y la religión entre los reyes españoles.
Cuentan que los reyes tenían por costumbre que una vez terminadas las relaciones sexuales, ya fuera con sus esposas o amantes, procedían a limpiar de pecado su alma rezando o asistiendo a misa.
El escritor español José María Zavala, en el libro La Maldición de los Borbones alude continuamente a esas prácticas que ignoramos si persisten hoy en día en Juan Carlos de Borbón, rey de España y su hijo Felipe, príncipe de Asturias, porque lo más que hemos llegado a saber es que el rey es de ojo alegre.
Pero ese ejemplo lo tomamos para aludir a lo que nos ha pasado a los mexicanos en los últimos años.
Hemos visto cómo la sociedad se ha ido dejando envolver por la inseguridad y la falta de valores que derivaron en el crecimiento del narcotráfico a niveles nunca antes vistos.
Con el acelerado crecimiento de esta actividad delictiva, también aparecieron una serie de prácticas que nunca pensamos presenciar.
Tal es el caso de rendirle culto a una imagen llamada la Santa Muerte, por la que tienen especial predilección las familias de narcotraficantes.
La imagen es llevada en joyas, pegada como calcomanía en vehículos, e incluso se han construido altares en la vía pública para reverenciarla.
Esa práctica es el reflejo de una sociedad sombría, donde un sector de la población decidió ejercer actividades ilícitas que dañan a infinidad de personas de todas las edades y busca protección en imágenes cuyo origen está cuestionado.
El lavar culpas se ha llevado a tal grado, que en Nuevo Laredo construyeron varias capillas para adorar esa imagen, en el circuito vial donde confluyen las carreteras que van a Colombia, Nuevo León, Reynosa y el kilómetro 26, se localizaban estos centros de adoración, donde por cierto, fueron asesinadas dos personas.
Al fin las autoridades se decidieron a actuar y fueron derribadas, bien por Nuevo Laredo y sus habitantes, ya se empieza a recuperar la dignidad perdida ante el acoso de las bandas de delincuentes.
Los narcotraficantes, como los reyes españoles, tienen la creencia que apegándose a la religión lavarán sus culpas, pero hay crímenes que nunca pueden eliminarse, por más que se rece.
TARDE Y LENTO
Hoy se reúne Eugenio con el director de Petróleos Mexicanos para mostrarle por qué Altamira es la mejor opción para instalar la nueva refinería.
Esa pasarela de gobernadores se antoja apresurada y a destiempo, porque el proyecto ejecutivo de la refinería ya lo tiene listo el gobierno federal y Tamaulipas no está contemplado para ubicar esa obra.
En nuestro país vamos tarde y lentísimos en la construcción de instalaciones para procesar hidrocarburos.
Hemos sido buenos clientes de Estados Unidos, que nos ha vendido prácticamente toda la gasolina que consumimos.
La aparición de energías alternativas a las que no le estamos apostando los mexicanos por andar peleando una refinería nos pondrá en una situación más desventajosa ante otros países.
Mientras, que siga el circo armado por Calderón al que se subieron los gobernadores. Mal asunto.
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