Ya desde el principio de la audiencia express que duró apenas 3 minutos, el Juez Jeffrey Rosinek, del 11vo Tribunal del Circuito de la Florida, le dio las buenas nuevas a Pablo Montero: “Hoy te voy a dejar ir”, le dijo.
Segundos después le dio la razón: estaba impresionado por la cantidad de llamadas que recibió dando testimonio de lo “buena persona” que Pablo es, llamadas algunas desde México describiéndolo como alguien generoso, hijo abnegado, trabajador incansable y buen compañero de trabajo.
“Te doy una nueva oportunidad, espero que no la desaproveches”, manifestó el juez. También le hizo ver que, aunque es muy bueno que la gente tenga tan buena opinión de él, es mejor que él aprecie la vida y la cuide. Además, Rosinek le advirtió que tuviera mucho cuidado con las amistades con las que se asocia, porque allí podría estar el problema de su recaída y que esperaba que el amor de su familia lo ayudara a frenarse y apartarse de esas malas influencias.
Por su parte la fiscalía se mostró rígida y en cuanto tomó la palabra le dejó ver a Oscar Daniel Hernández (el nombre verdadero del cantante y actor) que si en la próxima audiencia -la cual esta pautada para el 1 de octubre- vuelve a mostrar algún rastro de droga en sus exámenes, pedirá todo el vigor de la ley sobre su caso, y si eso sucede, no habrán segundas oportunidades: irá directo de la audiencia a la cárcel.
El lunes pasado el cantante había tenido una audiencia en la que se reveló que había tenido una recaída en el uso de drogas (cocaína), por lo que fue sido trasladado directamente de la corte al centro de detenciones. En ese entonces llegó vestido con un traje gris y camisa clara y, en esta aparición ante el juez, aparentemente vestía la misma ropa, sólo que sin la chaqueta y ya sin corbata.
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