El poder de las redes sociales es algo innegable. Esta nueva vía de comunicación, que apenas estamos empezando a comprender, en ocasiones se ha salido de control y ha marcado pauta en muchas de las acciones y actitudes que tomamos como sociedad.
Desgraciadamente donde han tenido el mayor impacto es en la difusión e imposición de modas que, en la mayoría de los casos, son acciones inútiles y hasta ridículas que nos denigran como sociedad.
Y no es que sea culpa de las redes que esto suceda, en todo caso hay que echarnos la culpa nosotros mismos, a quienes nos encanta simplificar las cosas a su máxima expresión, provocando con ello que el mensaje original se prostituya.
Un ejemplo es el reto del agua helada, creado originalmente para levantar conciencia entre la sociedad de Estados Unidos (ojo, Estados Unidos), sobre las consecuencias de esta enfermedad que en cuestión de años puede dejar totalmente incapacitada a una persona, sin importar su edad.
El problema es que este noble esfuerzo fue recogido por algunas celebridades quienes “nominaban a otras” a echarse encima una cubeta de agua helada lo que, hay que decirlo, es oro molido para los medios de comunicación, que sabemos que esas son el tipo de historias que la gente le encanta leer.
Poco a poco el asunto se fue convirtiendo en moda, con miles de personas en todos los rincones del mundo echándose encima cubetas de agua y nominando a sus amigos… el problema es que en muchos de estos países, ni siquiera hay alguna instancia en donde estén combatiendo contra la esclerosis.
Para no ir tan lejos, se puede decir con seguridad que más del 50 por ciento de los que subieron uno de estos videos ni siquiera sabían por qué lo estaban haciendo, la cosa era divertirse y mostrar al mundo que están dentro de la moda.
Obvio es, apenas surgieron los videos de los entusiastas mojados, apareció un movimiento de quienes condenaban esta práctica, esgrimiendo todo tipo de argumentos.
De esta forma condenar el reto del agua helada se convirtió también en una moda.
Lo patético de todo este asunto es que estos movimientos, como la mayoría de las tendencias en las redes sociales, no hacen nada por atender directamente los problemas.
Hasta ahora no he visto ni un solo video de alguien que llegue a una asociación de esclerosis ya no a donar dinero… sino tiempo como voluntario, aunque sea para escuchar las historias de estas personas que sólo necesitan un poco de comprensión y solidaridad de la sociedad.
¿En verdad quieren ayudar? Porque si es así no tienen que echarse encima cubetas de agua helada… pueden barrer el frente de su casa, respetar los espacios para discapacitados, ofrecerse como voluntarios en un asilo de ancianos, de migrantes, de niños abandonados.
Si en verdad tienen tantas ganas de ayudar, pueden respetar a sus vecinos, no tirar basura en la calle, cuidar el parque de su colonia, interesarse en la educación de sus hijos.
Desgraciadamente ninguna de esta acciones les van a ganar “likes” o “retuits” en las redes sociales, por eso creo que nadie las va a hacer.
diasdecombate@hotmail.com