México, D.F. / Marzo 31.-
Para nadie es un secreto. Incluso antes de poner un solo pie en una duela de NBA, todos esperaban que LeBron James dominara la liga. Ese momento ha llegado.
Finalmente en su quinto año, James ha llegado a hacerle, sin argumento alguno, honor a su sobrenombre. El jugador de los Cavaliers es ahora “El Rey” de la NBA.
No solo goza de su temporada más completa en cinco años de la Liga, o está en el equipo con el mejor registro, como amplio favorito a alzarse con el título de la NBA.
Sino que al fin, luego de años en los que sus números han mantenido una constancia increíble, es finalmente reconocido como el mejor jugador de la NBA y solo falta el trofeo que lo reconozca como tal, el de Jugador Más Valioso.
Para él, dicho galardón tal vez no sea su prioridad. Él está enfocado en la obtención de su primer campeonato, y lo ha hecho con una madurez digna de los grandes.
Finalmente rodeado de un talentoso reparto encabezado por Mo Williams y Delonte West, James sacrificó disparos, minutos y puntos en busca del bien común, los triunfos.
Como resultado, los Cavaliers de Cleveland ya gozan de la mejor campaña en la historia de la franquicia (60 victorias), están con la racha ganadora más larga de su historia (12) y tienen una cómoda ventaja de dos juegos (sobre los Lakers) por la mejor marca de la NBA y de 4.5 sobre Orlando y Boston por el mejor registro del Este.
Con todos esos antecedentes, solo un título podría coronar la campaña de James y los Cavaliers. Claro que el trofeo de MVP no le vendría mal.
Pero es precisamente el trofeo como campeón de la NBA el que separaría a James de su principal contendiente en la carrera hacia el MVP, Kobe Bryant.
El Jugador Más Valioso de la temporada anterior, Bryant tiene la mirada fija en el mismo objetivo, el Larry O’Brien, y con un objetivo similar.
Para James, sería el alcanzar las expectativas que se le colocaron desde que estaba en la preparatoria. Para Bryant, por su parte, sería un mensaje claro de que no necesita de una super estrella en su equipo para ganar un título, pues sus otros tres anillos los obtuvo al lado de Shaquille O’Neal.
Claro que ni James ni Bryant están solos en la caza del MVP, acompañados en esta ocasión por Dwyane Wade.
La diferencia de Wade con respecto a sus dos compañeros en la obtención del oro olímpico en Beijing 2008, es que el estelar escolta de Miami ya obtuvo un título, y si bien también contaba con O’Neal en su plantilla, Wade lo hizo brillando con luz propia al grado de ser nombrado Más Valioso de las Finales.
James, hace dos años, tuvo su oportunidad y no pudo capitalizar, siendo humillado en solo cuatro juegos por los Spurs de San Antonio en las Finales.
Bryant tuvo su más reciente oportunidad de separar su nombre del de “Shaq” en junio pasado, fallando en su intento ante los Celtics de Boston.
Ahora, James y Bryant tienen a sus equipos en la cima de sus respectivas conferencias y con buena posibilidad de medirse cara a cara por el máximo trofeo.
Al fin de cuentas, Bryant ya ganó el Jugador Más Valioso la temporada anterior y James, si no es ahora, tendrá muchas más oportunidades con tan solo 24 años de edad.
Para ambos, la mirada está fija en el logro colectivo, los laureles individuales son algo de todos los días para ellos, no así los campeonatos.
Y James, en ese aspecto, aventaja a Bryant, pues los Cavaliers lucen imparables, con solo una derrota en casa en 35 partidos y un equipo completo, balanceado y con amplio conocimiento de quien manda: “El Rey”.
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