Miami, E.U.-
La renuncia de Bruce Levenson como dueño de los Halcones de Atlanta debido a declaraciones intensamente racistas, sacudió de nueva cuenta la NBA apenas cinco meses después de la salida del dueño de los Clippers de Los Ángeles, Donald Sterling, por razones similares.
Levenson anunció su intención de vender su participación en el equipo y se disculpó por un mensaje de correo electrónico del 2012 respecto a los problemas de asistencia de los Halcones y la incapacidad para atraer a público blanco que incluyó comentarios “inapropiados y ofensivos”.
“Mi teoría es que la multitud negra auyentó a los blancos y que simplemente no hay suficiente público negro para construir una base de aficionados que compre boletos para la temporada”, escribió en un correo electrónico en el que además dijo que el equipo atraía “un público abrumadoramente negro” y que “había pocos padres e hijos en los juegos”.
La carta de Levenson iba dirigida al administrador gerente de los Halcones, Danny Ferry, y otros miembros del grupo de propietarios.
Reconoció el error de su correo electrónico y expresó su pesar en una declaración hecha pública en la que admitió haber asumido estereotipos sobre los intereses de sus aficionados afroamericanos.
Pese a que busca eliminarse del escándalo informando al Comisionado de la NBA, Adam Silver, de su decisión de vender su interés en la franquicia, la liga parece haber establecido un alto estándar moral con respecto a la discriminación racial, con un entorno que requiere una mayor sensibilidad y cuidando lo que se refiere a conversaciones privadas.
La NBA se ha sensibilizado con estos temas, especialmente luego de que se hiciera pública una conversación privada que condujo a la destitución del ex propietario de los Clippers de los Ángeles, Donald Sterling.
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