Washington, EU.-
A sólo unas horas de hacer oficial, este miércoles, la que será la nueva estrategia de Estados Unidos ante la amenaza terrorista del Estado Islámico (EI), el presidente Barack Obama se reunió este martes con los líderes demócratas y republicanos en el Congreso para tratar de buscar un cierre de filas en torno a una campaña que se antoja larga, costosa e incierta.
Entre los asuntos abordados, el presidente deslizó a los líderes del legislativo los planes para autorizar un fondo contraterrorista por 5 mil millones de dólares que le permita financiar sus planes en Irak y Siria.
El encuentro se produjo en medio de versiones encontradas sobre la necesidad de requerir un voto del legislativo para expandir la misión de Estados Unidos más allá de Irak. Pero, a nueve semanas de las elecciones de medio término, ni demócratas ni republicanos quieren exponerse a evidenciar de nuevo el problema de división y disfuncionalidad que ha hecho del Congreso una de las instituciones peor valoradas en Estados Unidos —según un sondeo difundido este martes, sólo 14% de los ciudadanos considera que el Congreso está haciendo bien su trabajo—.
Por ello, prefieren dejar en manos del presidente la última palabra y, con ello, las consecuencias de una decisión polémica que puede arrastrar a Estados Unidos hacia un estado de guerra permanente.
“Esperamos que el Congreso respalde de una u otra forma al presidente”, aseguró este martes el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. El líder de la mayoría republicana en la Cámara Baja, John Boehner, replicó que hasta no conocer la estrategia presidencial “no podemos valorarla”.
Tras la muerte de los periodistas James Foley y Steve Joel Sotloff, decapitados por el Estado Islámico (EI) en “castigo” por la decisión de Estados Unidos de redoblar su campaña de bombardeos contra el grupo islamista, el apoyo de los estadounidenses a la campaña del presidente contra el EI ha crecido a 71%, según una encuesta de “The Washington Post” y la cadena ABC, que revela que los ciudadanos no apoyan el despliegue de tropas en el terreno.
La Casa Blanca ha adelantado algunos de los elementos de la campaña que este miércoles anunciará Obama, que buscará “degradar, primero, y destruir, después” a las fuerzas del EI. La estrategia constará de tres fases que incluirán bombardeos selectivos contra las fuerzas del EI en Irak; robustecer a un gobierno influyente en Bagdad y la posible expansión de las operaciones militares de Estados Unidos contra objetivos específicos del Estado Islámico en Siria, donde este martes se reportó la muerte, en una explosión, del líder de Ahrar al-Sham, uno de los grupos islamistas más poderosos de ese país.
Este mismo martes, el secretario de Estado, John Kerry, inició un viaje que lo llevará a entrevistarse con los representantes de algunos gobiernos aliados en Turquía, Jordania, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EUA) a fin de recabar apoyo.
En tanto, aviones estadounidenses bombardearon posiciones del EI cerca de la estratégica presa de Hadiza, en Irak. Por su parte, Reino Unido anunció el envío de armas y munición a las fuerzas kurdas que luchan contra el EI en ese país.
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