San Pedro Sula, Hon. / Abril 1
En cuestión de días, las calles de la capital económica de Honduras dejaron atrás los tonos grises. Es momento de la fiebre blanquiazul.
Porque aquí nadie duda de que México volverá a perder en el estadio Olímpico Metropolitano. Como es costumbre, el discurso más ecuánime es el de los jugadores.
“Contra México, siempre hay que estar bien concentrados, agresivos, con mucho orden y buen futbol”, desmenuza Reinaldo Rueda, estratega de los catrachos. “Ellos tienen muchas variantes en todas sus líneas, son una gran selección. Si queremos ir al Mundial, debemos hacer algo mejor que los rivales”.
Virtud que los sampedranos ven en su equipo nacional.
Eso explica la desmedida reventa que se aprecia en cada esquina de la ciudad. Honduras no la prohíbe, por lo que ser detenido por la luz roja del semáforo representa el enésimo intento de seducción en el día.
Honduras recibirá a México este miércoles por la noche en el hexagonal final de Concacaf rumbo al Mundial Sudáfrica 2010.
Aunque no se han vendido en su totalidad las 40 mil entradas disponibles para el cotejo, las mejores están en poder de los revendedores.
Los palcos, cuyo costo es de mil 250 lempiras (unos 950 pesos), se ofrecen en casi el doble. Mismo caso de los lugares de sombra, que son dados hasta en 600 lempiras (450 pesos).
“Tengo fe en que las cosas van a salir bien”, asegura Carlos Pavón. “El equipo está muy bien, esperemos que los goles lleguen mañana”.
Porque el apoyo será irrestricto, como hace casi ocho años, cuando el actual delantero del Necaxa marcó los tres goles con los que Honduras derrotó a México, lo que provocó el cese de Enrique Meza.
“Fue una linda noche, ojalá que se repita”, desea.