¿Where is the party?-, preguntó un aduanal gringo, sorprendido por la larga fila de mexicanos que cruzaron a pie el puente internacional Reynosa-Hidalgo.
El sábado hice casi 2 horas compa, con el calorón de la frontera, ya se imaginará que mi anhelo por mi Whataburger con aritos de cebolla ya se me había quitado.
Mis piernas ya me reclamaban, como decía mi apá: “Vieja, me duelen las corvas” por estar tanto tiempo parao’.
Al llegar luego de pelearme con los que andaban adelante en la fila, quesque “hacía mucho sol” y no se querían mover del techito antes de llegar a la “pasada”.
-El sol es pa’ todos, muévale-, pero el primo no quería avanzar.
Luego que caminé como que presionamos para que avanzara la fila y eso sí ¡qué calorón!
Al llegar al airecito rico de la entrada, por fin casi llegué a la inspection con mi mica en la mano, pero como siempre de pronto se paró el avance.
-Es que cambian cada hour, dijo el gringo. Ellos también tienen derecho de descansar y comer.
-Sí, pero nosotros pagamos impuestos-, le dijo in english una woman que estaba en la fila.
-Han cambiado muchas cosas, the economy… lo mandó Obama-, contestó el agente sobre la espera.
Y es que en el camino se mezclan con los mexicans, chicanos y hasta cubanos. Los ves speaking spanish entre los boys. Algunos regresan el fin de semana a sus schools y otros a su jale.
Con la insegurida’ ya no vemos güeros en las calles de Reynosa, pero sí mexicans, porque tienen sus familiares acá y seguirán llegando a patín o en automóvil. Ellos traen dólares pa’ acá, pero también nosotros llevamos muchos billetes verdes.
Sobre los friends de Fidel Castro llegan como si nada, no saben ni pa’ donde queda el cruce.
-¿Cómo se llama esta ciudad?-, me preguntó un morenazo.
-Reynosa-, le dije. Luego me platicó que iba a Miami a ver a su hija.
Los cubanos tienen una visa especial que les da el “golden ticket” a los States.
Nosotros los mexicans, lo que no cruzamos como mojados por el río Grande, sólo nos dan un chance por seis meses. Cuesta sólo siete dólares y puedes ir y venir cuantas veces quieras pasando las 25 millas en Texas (son 70 para California y Arizona).
Para que te den la llamada I-94 debes de llevar tus comprobantes de sueldo de tu trabajo, recibos de CFE recientes, credencial del IFE, cartas de recomendación, acta de matrimonio, comprobantes de Coppel, Elektra, Del Sol y la de Foly.
En una ocasión que fuimos a Houston le preguntaron a Rosa María a qué iba.
-Voy a comprar mi vestido de bodas.
-Pero ¿dónde se va a quedar? ¿en cuál address?
-NO, no nos vamos a quedar, sólo lo compramos y nos regresamos. De verda’
-Pero no puede ser, debe tener la dirección de hotel. Además aquí tengo que usté’ ¡no ha regresado en tres ocasiones su permiso!
Con esto de la caminada al puente, puede ver que nadie en Hidalgo da información del ébola, mientras que en Reynosa sí hay colocados anuncios previniendo la llegada del virus. Y es que preocupa que miles de migrantes los pongan de retache pa’ acá.
No sé si recuerde. En el 2011 aquí en la border los que hicieron su agosto fueron las farmacias con sus cubrebocas. Con eso de que el virus AH1N1 se propagaba todos entraron en pavor.
También los de Cloralex aprovecharon para extender su línea con aromas deleite floral, placer cítrico y aire fresco, entre otros.
Si en esa ocasión los gringos no se preocuparon con eso tan grave, ahora tampoco, a sabiendas que en Dallas ya se murió el liberiano Thomas Eric Duncan en el Hospital Presbiteriano.
Su enfermera Nina Pham y ahora Amber Joy Vinson, de Atlanta, están en observación. Al perrito de Nina no lo mataron como al español Excalibur.
Tere Romero, en España, pasa por the same situation.
La cifra de muertos supera los 4 mil 493 por ébola y hay 8 mil 997 personas que se han contagiado en siete países.
Con un virus más grave que AH1N1 debemos de tomar more precaution.
Cuando estornude cúbrase con el codo. A retomar los botecitos antibacteriales.
Saque sus cubrebocas. Por si las moscas.