México, D.F.-
La ráfaga que mató a Luis Adrián también le arrebató la vida al bebé de un año que él llevaba en los brazos. Padre e hijo fueron atacados afuera de la escuela donde otro menor esperaba al hombre.
Los alumnos y padres de familia de la escuela La Prensa Pemex, fueron testigos del doble homicidio.
En punto de las 6:30 de la tarde, sonó el timbre que anunciaba la salida de los estudiantes de primaria de la colonia Vallejo.
Mateo, un niño de ocho años de edad, esperaba el momento en que su padre lo recogiera.
Por eso Luis Adrián Guzmán Soto llegó puntual a la calle Enrique Caruso, donde estacionó un automóvil Chevy. El hombre de 28 años, tomó al menor de un año y caminaron hacia el plantel escolar.
Entre los niños del turno vespertino que se encontraban formados en espera de salir de la escuela, estaba Mateo. Él, maestras, el resto de estudiantes y padres de familia que ahí se congregaron, escucharon varias detonaciones.
Los balazos obligaron a las docentes de la institución a cerrar las puertas de la escuela para proteger a los niños que aún no salían.
Tirados en suelo del patio, oyeron el patinar de las llantas y el motor de un vehículo que huía del lugar.
Los muros de la escuela primaria que protegieron a Mateo no le permitieron mirar a los sujetos que viajaban en un automóvil y que sólo alentaron su camino cuando Adrián salía del Chevy.
Intentó salvarlo. Los testigos que caminaban por la calle dijeron que Luis Adrián llevaba en brazos a su bebé. Al ver el automóvil de sus atacantes, el hombre intentó cubrir al menor pero las balas de calibre 9mm los alcanzaron. Tres tiros hirieron al bebé y siete más mataron a su padre.
Al lugar arribó una ambulancia, que aún encontró al menor con vida. Los médicos subieron al lesionado a la ambulancia pero al intentar estabilizar su salud el pequeño murió.
La escuela está ubicada a un costado de una caseta de la policía, que nada pudo hacer para detener a los responsables. Será una cámara de vigilancia lo que ayude a las investigaciones.
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