México, D.F. / Abril 3.-
La historia se repite. Agosto de 2001. Javier Aguirre se encierra con los seleccionados nacionales en el auditorio del Centro de Alto Rendimiento: “A ver, estamos aquí para iniciar un nuevo proyecto, pero necesitamos compromiso para ser más claros, y el que no tenga el carácter necesario, las puertas están abiertas”.
Una vez que exista un acuerdo respecto de las condiciones impuestas, el escenario quedará listo de nueva cuenta para recibir al “Vasco”, con la misma responsabilidad, aunque con distintos personajes y algo más de tiempo.
Javier Aguirre fue electo como nuevo técnico de la Selección Nacional, en relevo de Sven-Göran Eriksson, destituido tras la derrota del miércoles ante Honduras, en partido de la eliminatoria mundialista de la Concacaf (Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Futbol).
Apenas terminado el crucial cotejo, las horas quedaron contadas para el técnico sueco, quien llegó al Tri el 3 de junio del 2008 y deja el equipo tras 13 partidos disputados y con un paso desastroso en la eliminatoria.
En el mismo vuelo de regreso de Honduras a la ciudad de México, el director de Selecciones Nacionales, Néstor de la Torre, inició los contactos con el principal candidato para tomar las riendas de la escuadra tricolor: Javier Aguirre.
“El Vasco” escuchó con atención la propuesta y de inmediato puso sus condiciones sobre la mesa de las negociaciones. De entrada, pidió libertad para trabajar y en la toma de decisiones, así como un respaldo incondicional de parte de los dueños de equipos.
Antes de que se destapara a Javier como el candidato principal para tomar las riendas del equipo, Néstor de la Torre habló del perfil que debía cumplir el nuevo timonel, el responsable de llevar a buen puerto la embarcación en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.
“El próximo entrenador nacional -dijo- deberá tener conocimiento del medio, conocimiento de la idiosincrasia, compromiso, personalidad”.
La descripción se hacía como un traje a la medida para “El Vasco”, lo que automáticamente dejaba claro, que contratar a Eriksson fue un error.
La maratónica jornada de jueves inicia con una tempranera cita en la sede de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), donde cerca de las 14:00 horas se anuncia el cese de Sven-Göran Eriksson en una multitudinaria conferencia.
A las 18:30 horas, Justino Compeán, presidente de la FMF, y Decio de María, secretario general del organismo, además de Néstor de la Torre, abandonan el edificio de Colima 373 en la Colonia Roma y sostienen una larga charla con Javier Aguirre en la que se exponen de manera detallada las exigencias del timonel.
Quiere a Mario Carrillo e Ignacio Ambriz como auxiliares técnicos, y un preparador físico (Daniel Ipata) de su entera confianza. Además, informa de su deseo de vivir en Miami y viajar a México para las concentraciones y otros compromisos de la Selección Nacional.
Las condiciones parecen salvables, pero el problema que traba la negociación es que los federativos pretenden mantener el vínculo con la empresa de acondicionamiento físico Athlets Performance, situación que detiene la presentación del “Vasco” hasta nuevo aviso.
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