México, D.F. / Abril 5.-
El vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, recordó que las vacaciones de Semana Santa son para acudir a los templos para conmemorar la pasión, muerte y resurrección del Señor y no para ir a la playa ni de “reventón” .
En entrevista lamentó que eso se haya distorsionado y lejos de que sean días que se vivan con mayor recogimiento y en oración con la comunidad y la familia, se vuelven de destrampe, sin realmente respetar lo que celebran los cristianos.
Valdemar Romero expuso que es muy cuestionable que alguien que se diga creyente, lejos de acercarse a los templos y a Dios en la principal fiesta de la Iglesia Católica, se disperse o, peor todavía, viva de manera disoluta.
Consideró muy sano que la gente vuelva a sus pueblos de origen, donde viven sus familias y ahí pasen la Semana Santa, pues comunidades de ese tipo viven con mayor recogimiento estas fiestas religiosas que acercan a Dios y reconcilian con el prójimo, además de que “son muy bonitas” .
Valdemar reiteró que la idea es que la gente vuelva a vivir esos acontecimientos a través de las ceremonias litúrgicas y se renueve interiormente, se una al Señor en Su pasión, muerte y resurrección.
Como consecuencia, precisó el portavoz de la Arquidiócesis de México, los feligreses obtienen una mayor paz espiritual, una concordia y una reconciliación.
Subrayó que esto es algo que hace falta a cada persona en lo particular, pero también como país ante un clima tan difícil debido a la delincuencia, la corrupción, la maldad y la violencia.
El vocero recordó que la Semana Santa se inicia el Domingo de Ramos, cuando se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén y que mucha gente con palmas en las manos lo reconoció como el Mesías y lo aclamó el salvador de su pueblo.
También es el momento de meditar sobre ese momento tan difícil que pasará en los próximos días: sufrir y morir en la cruz, para luego resucitar de entre los muertos.
El lunes y el martes son jornadas de preparación para los tres días siguientes, cuando se vive la Pasión: el Jueves se recuerda la instauración de la Sagrada Eucaristía y la detención de Cristo.
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Exhorta Iglesia a… dos… Cristo El Viernes Santo se rememora el juicio, la tortura y la muerte de Jesús, mientras que el Sábado Santo se guarda la Vigilia Pascual, antes de que comience la gran fiesta de la Resurrección que se prolongará 50 días hasta la fiesta de Pentecostés.
El Domingo de Resurrección es para los cristianos el día más importante del año, cuando se celebra el triunfo de Cristo sobre la muerte.
El portavoz de la Arquidiócesis de México detalló que durante la mañana del Jueves Santo, en la Catedral Metropolitana se celebrará la Misa Crismal, cuando se recuerda la institución del sacerdocio.
En esa ceremonia se consagran los Santos Oleos que se usarán en bautizos y para ungir a enfermos, así como el Santo Crisma que será utilizado para confirmaciones y las ordenaciones sacerdotal y episcopal.
Por la tarde cada parroquia celebrará la Cena del Señor, que inicia con el lavatorio de pies, que recuerda que el mismo Cristo se puso al servicio de cada persona, y durante la cual se conmemora la institución del sacramento de la Eucaristía.
En la mañana del Viernes Santo la gente suele rezar el Vía Crucis, en el que se hace memoria del camino y los momentos que Jesús siguió desde que fue condenado a muerte por Pilatos hasta que fue bajado de la cruz y llevado al sepulcro.
Por la tarde, describió Hugo Valdemar, se vivirá el momento más importante: la muerte de Cristo en la cruz; en ese momento se recuerda el sacrificio del Hijo de Dios por cada ser humano.
Los altares quedarán desnudos de todo ornamento, no habrá cantos ni glorias, el ambiente es de dolor y recogimiento; en la Catedral se celebrará a las 15:00 horas, pero en las parroquias será a las 17:00.
Se hace una oración universal en la que se pide a Dios por la salvación de todos, los creyentes y los no creyentes, para luego dar paso a la adoración de la cuz. Hugo Valdemar recordó a los fieles que durante el Viernes Santo están obligados al ayuno.
El Sábado Santo, antes llamado de Gloria, es un día de silencio, en el que los creyentes deben reflexionar, orar y esperar a Jesús Resucitado. El altar sigue desnudo y el sagrario luce vacío.
“Este año no se van a poder mojar porque no vamos a tener agua.
Pero además no hay que hacer esto, pues no es correcto desperdiciar los bienes de los que, por cierto, hoy carecemos tanto. Esto se hacía porque se adelantaba la gloria, pero eso es pasado” , aseveró.
Una vez que se oculten los rayos del Sol se conmemorará la Vigilia Pascual, larga celebración en la que se está alerta, vigilante y atento a la palabra de Dios, como una forma de demostrar que el mundo espera el regreso de Cristo.
El domingo siguiente se celebra la Resurrección del Señor, cuando Jesús venció a la muerte y liberó a la humanidad del pecado, e inicia el tiempo de Pascua que se prolongará 50 días. Las iglesias se revisten de sus mejores ornamentos y todos festejan.
El Arzobispado de México, indicó el vocero Hugo Valdemar, ha querido ir inculcando a la gente que así como en Navidad hay una gran comida o cena para celebrar el nacimiento de Jesús, se haga lo mismo o más todavía en Pascua.
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