Navegando por internet encontré en un portal llamado elsalvavidas.mx un artículo de opinión titulado: “Si de verdad estás indignado, no le des tu dinero al narco”, mismo que está firmado por alguien llamado Chuck Pereda.
De entrada el título me llamó mucho la atención y tras leer la pieza de opinión no me queda más que decir que estoy completa y totalmente de acuerdo con lo que menciona el autor.
No les voy a transcribir todo lo que Pereda menciona en su artículo (hacerlo sería tanto como cometer plagio), sin embargo existen algunos extractos que me gustaría presentar, como el siguiente:
“Una de las cosas que más me indigna de todo este desastre en el que estamos metidos, es la incongruencia de todo aquel que marcha pacíficamente, está enojadísimo y harto (con justa razón, ojo, no quiero minimizar el asunto,) pero llega el fin de semana y sube una foto de su toquesote a Instagram”.
El señor Pereda continúa asegurando que todos aquellos que compran aunque sea una cantidad mínima de enervantes, lo único que hacen es contribuir a la cadena económica de una actividad que tiene asoladas a varias regiones del país, lo que es totalmente cierto.
Sin embargo una de las ideas con las que más coincido cuando menciona que:
“Muchos de mis amigos se enojan y me dicen que comprar mota no es comprar drogas, o que su bueno no es de “esos.” No se confundan, el bueno puede ser todo, menos bueno: definitivamente no es su amigo, cualquiera que te venda algo que potencialmente te puede hacer daño, no quiere tu bien”.
Dejando a un lado las ridículas moralinas de que las drogas son el Diablo pues, después de todo, la gente es totalmente libre de meterse en su cuerpo desde marihuana hasta varitas de incienso por el ano… total, los que se van a morir son ellos; el punto que aquí importa es que no se puede por un lado condenar la violencia generada por el narco, y por el otro financiar sus guerras comprándoles lo que sea que vendan.
Sin embargo las cosas no funcionan así y existen muchos que caen precisamente en esa incongruencia, pues consideran que un “toquecito” no hace daño, y que la violencia, los muertos y la inseguridad son culpa de Peña Nieto, el PRI y el corrupto gobierno usurpador.
Desgraciadamente en este país somos muy dados en echarles la culpa de nuestros problemas a otras personas, pues no contamos con el valor civil de aceptar responsabilidad por nuestros actos.
Lo anterior no aplica solamente al problema de las adicciones y la violencia, es para todas las broncas que tenemos en nuestro país, estado y municipio.
Porque eso sí, nos encanta (por ejemplo) decir que los Tránsitos son unos rateros, pero la mayoría de las personas no cuentan con una licencia para conducir vigente y mucho menos un automóvil legalizado y con todos los impuestos vehiculares en regla.
Continuamente escuchamos que las autoridades del Municipio son unos inútiles que no cuidan las calles de la ciudad, pero nunca vemos a nadie (de perdido) salir a barrer el frente de su casa o disponer de manera adecuada de su basura.
Me queda claro que en gobierno existen muchos inútiles que sólo se encuentran en los puestos públicos para enriquecerse, pero también es real que estos parásitos pueden existir porque hay una sociedad indolente, que sólo sabe repartir culpas en lugar de hacer lo necesario para solucionar los problemas.
Diasdecombate@hotmail.com
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