¿En qué país vivimos? Se cuestionaba un joven mientras veía el mensaje de Angélica Rivera, esposa de Enrique Peña Nieto “regañando” a una nación de más de 112 millones de mexicanos.
Esta mujer que aparece y desaparece según sea el humor del gobierno peñista, ahora “sin ser funcionaria pública”, en sus propias palabras, emite un mensaje a la Nación, cual si fuera presidenta.
Yo, como el joven, también me pregunto, ¿en qué país vivimos?
Y me contesto: Vivimos en un país donde la simulación llega al cinismo. Donde una mujer que no fue electa para ocupar un cargo público, se sirve del aparato gubernamental y desde ahí se atreve a insultar la inteligencia de un pueblo cansado de los desmanes, los abusos, los despropósitos y las raterías de un grupo de políticos y políticas (y agregaría actrices televisivas) enquistados en el poder.
Un país de pobres y paupérrimos que ven en cadena nacional cómo una mujer les restriega que gana “millones” de pesos gracias a su trabajo y que por eso se compra una casa de siete millones de dólares.
Por eso hago alusión a una frase atribuida a Julio César, el emperador romano, cuando se da la sospecha, sólo la sospecha, de infidelidad de su mujer Pompeya: “No basta que la mujer del César sea honesta, también tiene que parecerlo”.
Va esa frase para Angélica, no basta con que afirme ser honorable, también tiene que parecerlo, y eso se le olvidó en el momento en que empezó la transacción para la compra del bien inmueble y que ahora dice cancelará victimizándose y victimizando a Peña Nieto.
No es el pueblo de México el agredido no sólo por la violencia y la muerte de gente inocente, también por estos despilfarros de recursos que siguen sin esclarecerse de dónde provienen, ahora son ellos los que se muestran ofendidos. Vaya histrionismo de Angélica y Peña.
Nada más que no se les olvide que la telenovela de La Casa Blanca no eclipsa el dolor y la desesperación por la pérdida de 43 jóvenes estudiantes, que la herida sigue abierta y que por eso hoy continúan las protestas en la capital del país exigiendo justicia, ya que tres caravanas llegarán y se les sumarán los estudiantes universitarios para terminar en el Zócalo, razón por la cual se suspendió el desfile del 20 de Noviembre por parte del Gobierno del Distrito Federal.
Esta telenovela no será la cortina de humo que haga desaparecer la inseguridad galopante que se vive en cada rincón del país y que Peña Nieto se comprometió a combatir. Ella, Angélica, está siendo usada otra vez para desviar la atención de la ineficacia con que se maneja el gobierno federal encabezado por su marido.
Ya la usaron para atraerle simpatías durante la campaña presidencial, ahora la ponen al frente para quitarse golpes mediáticos. Ésta es la verdadera finalidad al sacarla a decir sandeces en cadena nacional.
Y sólo para recalcar: No basta que la mujer de Peña Nieto sea honorable, también tiene que parecerlo.
ASEGURAR PENSIONES
La reforma a la Ley de la Unidad de Previsión y Seguridad Social contempla la seguridad social y económica para los trabajadores al servicio del estado y los maestros, ya que se contempla la aportación gubernamental del 20 por ciento y un 10 por ciento los trabajadores, con el que se pagarán pensiones, dice Ramiro Ramos, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, quien ya tiene las maletas listas para sesionar en el Centro Cultural Metropolitano de Reynosa el 30 de noviembre a las 11 horas.
En la reforma se incluye la revisión dos veces cada sexenio de esta ley para adecuarla según sea necesario y se asegure el pago de pensiones a los trabajadores.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com
Twitter: @derrotero_mx
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