Tamaulipas, calificado ni más ni menos que por Peña Nieto, como uno de los cuatro estados más conflictivos del país, debe llamarnos la atención tal aserto, a quienes aquí vivimos, es decir gobernarlo local, estatal o nacionalmente no es fácil, requiere de inteligencia, prudencia, diálogo, manejarlo con pinzas; soportar embestidas, organizadas usualmente desde adentro, desde el corazón mismo del problema.
Los hechos saltan a la vista, el presidente les aguantó todo, si, todo y ni siquiera se despeinó, ha venido a Reynosa y se le ha aplaudido como coterráneo. ¡Se le quiere! A pesar de las contrariedades que vivimos, que son muchas, aquí se le ve como “cuate” al no podérsele mermar su postura, sus enemigos locales y mundiales, dirigen ahora sus baterías a sus amigos más dilectos, llenándoles de vituperios y bajas acciones sin comprobación alguna, chismes de vecindario.
Llenan planas de periódicos – ¿Quien las pagará?- que una casa, que una carretera, etc. Una casa, que hasta un Sr. Diputado Federal desde el pódium, señaló a la concurrencia camaral exigiendo cuentas claras, me pregunto y ¿las de él?
Un presidente mexicano que no tenga 7 millones de dólares ganados, creo firmemente que no merecería ser presidente, los mexicanos, queremos presidentes ricos que sepan ganar y generar riqueza, que la compartan, con una clase media productiva, con trabajo si se quiere pero que produzcan.
De qué serviría un presidente que no sepa convalidar su posición ante presidentes de otros países de igual a igual, México ya no es el México de las parcelas ejidales, ni de las miserias ciudadanas, aunque ambas las hay por desgracia, por la existencia de tantos malos mexicanos, eso es lo que queremos crecimiento firme y productivo.
Buscamos inversores a largo plazo, no repartidores de miserias como el tal Andrés López con su Morena, un tipejo que no pudo cursar la carrera de ciencias sociales por reprobar más de una docena de veces.
Donde comparar su calidad de Reprobado en la UNAM, una sanguijuela que quiere ser presidente de México, para volver a marginarnos en la más abyecta de las pobrezas, compararse con quien ha podido cursar una profesión como Juan Armando Hinojosa Cantú.
Que supo ganarse un título profesional en uno de los institutos de mayor prestigio nacional y extranjero, tener su empresa, que supo generar y cultivar una amistad, con quién no era ni gobernador ni presidente; acéptenlo, les ganó así simplemente, hay momentos en la vida que uno debe estar en la banca sentado, callado, discreto, esperando pero buscando y generando nuevos cambios, no en base a destruir a nuestro México, eso aquí y en china se le llama traición. Y eso en cuentas es lo que están buscando esos prevaricadores del poder, destrozarnos en espera de favores esperanzadores, que quien sabe si se den.
Destruir a Peña Nieto, es destruir a México y eso no se vale; hay que apoyarle, el estilo mezquino, ha detenido el crecimiento de México por siglos y ha sido aprovechado por otros gobiernos y grupos extranjeros y nacionales, vividores todos de privilegios, de dádivas, canonjías, ganadas no por calidad sino por mezquindad, usufructuando contratos mal terminados, como el del metro y muchos más.
Esos opositores del progreso de México deben también ser tratados como traidores a la Patria, que en resumidas cuentas es a la que roban y a nosotros que pagamos impuestos, cuando dispongamos de obras de excelencia y pensemos en apoyarnos TODOS; entonces, sólo entonces, veremos el México y Tamaulipas que queremos, próspero y triunfador, cada uno en lo que sabe, haciéndolo bien.
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