México, D.F. / Abril 17.-
Al Guadalajara y al América nadie podría discutirles el título de los dos grandes del futbol mexicano, pero en lo que a estabilidad se refiere se quedan muy lejos de presumirlo.
Y es que, desde que en octubre de 2002, Jorge Vergara tomó al Chiverío, en lo único que se parecen amarillos y tapatíos es en la medianía y desesperación de sus dirigentes por traer un mago que los haga campeones.
El resultado regularmente termina en fracaso. Basta ver que América tiene en Jesús Ramírez a su técnico número 12, mientras que la alocada noche del miércoles Vergara decretó a Paco Ramírez como el número 11 del Guadalajara en ese mismo periodo.
Por supuesto que tantos cambios han puesto a sus respectivos clubes patas arriba. Apenas con una media de puntos, en el caso de los emplumados de 24.6, por 25.9 de los tapatíos, nada para asustar a nadie.
Ambos han incurrido en más absurdos que aciertos. Si no, nada más contarle los títulos fruto de sus determinaciones: uno para América y uno para Chivas. Y ni hablar de los que se han sentado en un banco donde otrora históricos posaron sus conocimientos.
Vaya, América ha ido del más exitoso técnico del futbol mexicano de los últimos tiempos: Manuel Lapuente, hasta el debut más inverosímil en Víctor Manuel Aguado, pasando por los internacionales Leo Beenhakker, Óscar Ruggeri y Ramón Ángel Díaz, que se fueron con más pena por el club y sólo congratulados con el mando de Mario Carrillo.
Guadalajara no se queda atrás. Vergara prometió al mejor técnico del mundo para su equipo y colocó a Eduardo de la Torre y así se ha dado gusto entre traer y echar, tanto al Yayo, como después lo hizo con José Manuel de la Torre (con todo y que los hizo campeones), Benjamín Galindo, Efraín Flores, hasta internacionales como Hans Westerhof y Xabier Azkargorta.
Así, no podía ser más pareja la forma en que ambos clubes llegan al duelo de este domingo.
América y Chivas en un agarrón palmo a palmo, 17 contra 16 puntos y en busca de tres que los catapulten con lugar preferente hacia la calificación a la Liguilla por el título del Clausura 2009.
Ambos clubes acostumbrados a cambiar de técnicos como se cambia de calcetines cada mañana, ahora son comandados por estrategas que nunca antes habían dirigido en Primera División. Ambos con experiencia en Selecciones Nacionales. Llegados al banco de manera sorpresiva.
Es el que se presume como el último clásico en el estadio Jalisco, dirigido, no podía ser de otra forma, por un par de Ramírez, un apellido como el de más de dos millones de mexicanos que se juegan el orgullo en medio de la inestabilidad.
Discussion about this post