Monterrey, N.L.-
Pinos navideños de hasta dos metros de altura adornarán esta temporada los hogares regiomontanos, luego de pasar por un largo viaje desde Canadá hasta esta ciudad.
Entre las variedades de los pinos que actualmente se comercializan en esta urbe destaca el Noble, considerado como el de mejor calidad, pero también se encuentran el Norman y el Douglas, que es el más tradicional, con precios que van desde los 300 hasta los mil 300 pesos.
“Gracias a Dios empezaron bien –las ventas- aún no llevamos idea de cuántos hemos vendido, pero sí está mejor que las ventas del año pasado, de hecho el primer fin de semana se vendieron muchos”, detalló Rubén Valdés, uno de los comerciantes de una Feria del Pino, ubicada al sur de la capital de Nuevo León.
Los precios dependen de la calidad y del tamaño que se elija, por lo que oscilan entre los 300 y mil 300 pesos; señaló, precisando que cualquiera de los pinos elegidos pueden durar mucho tiempo después de la época navideña.
Con 12 años dedicándose a este negocio, Valdés refiere que cada comerciante pone a la venta entre 500 y 600 árboles provenientes desde Canadá, los cuales, tras un largo recorrido, ingresan por Mexicali, Baja California y luego son trasladados en traileres hasta los negocios de Monterrey.
“El Noble es el que se vende más, en tamaño mediano”, destacó, mientras atiende uno de sus cuatro locales y se dedica a poner las bases de madera de cada uno de los pinos que tiene a la venta, además de las luces multicolores, los adornos del “Pinito” y las imágenes para los tradicionales nacimientos.
A pesar de que en Nuevo León existen productores de pinos navideños, los comerciantes cuentan que, en su mayoría, los árboles son traídos desde otros estados, ya que los vendedores desconocen de la plantación y comercialización de los árboles en la entidad.
El famoso pino piñonero y el oyamel son algunos de los que son plantados en municipios del estado como: Aramberri, Doctor Arroyo y Galeana; sin embargo, los vendedores explican que ahora no los tuvieron para su venta este año.
Para las familias regiomontanas, poner un pino navideño, natural o artificial, suele ser una tradición, pero principalmente y dependiendo de la economía, prefieren los naturales, por el “peculiar y fresco olor de los pinos”.
Así lo hace notar la familia Jiménez, quien se encontraba buscando el árbol perfecto que la acompañe esta Navidad.
“Me gusta el olor y siento como que te transporta a otro lugar, como que el olor llena la casa de espíritu navideño, nos gusta mucho, ya tenemos muchos años comprando pinos naturales y nunca nos han decepcionado”, expresó la madre de familia.
Comerciantes de diferentes expendios aseguran que la tradición de colocar un pino natural ha prevalecido e inclusive podría haber aumentado, ya que las ventas han crecido en lo que va de la época navideña.
Un gran número de personas, en su mayoría familias, se han dado cita en las diferentes ferias del pino para adquirir este preciado elemento que ”pinta” su hogar de júbilo y armonía para recibir la Navidad.
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