México, D.F.-
Javier Hernández Valencia, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, reconoció que el “clima adverso a la mejor defensa de los derechos humanos” preocupa, y deseó que los organismos internacionales y la sociedad civil movilizada ayuden a revertir esta situación en México.
El relator puntualizó que el hostigamiento a periodistas, a defensores y activistas es una práctica que debe ser desterrada de México y de cualquier acción, incluso defensiva de las autoridades. La mejor defensa de los derechos humanos, dijo, es la transparencia y la participación colectiva de toda la sociedad.
“Muchos de ustedes también lo viven, cuando no sólo reportan lo de Ayotzinapa, sino otras cosas; muchos de sus colegas que no están con ustedes en la capital y que están fuera también lo viven cuando reportan no sólo violaciones de derechos humanos, sino corrupción, y todo ese clima adverso a la mayor transparencia y mejor defensa de los derechos humanos, como oficina, con ustedes y la sociedad civil movilizada, ojalá podamos revertirlo”, dijo el funcionario.
Desconfianza en autoridades. Al término de la presentación del Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en asuntos que involucren hechos constitutivos de tortura y malos tratos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en una breve entrevista el relator recordó que hace unos días se reunió con familiares de los normalistas desaparecidos y encontró que hay una clara desconfianza hacia la información que les proporcionan las autoridades sobre este caso.
Por eso, llamó a “repensar” los mecanismos de diálogo entre autoridades y familiares de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, ya que la desconfianza en el discurso oficial genera un clima adverso.
“Tenemos que repensar o ayudar a repensar, tanto a las autoridades y a los propios coadyuvantes, a las propias familias, cómo acompañar no sólo su dolor, sino acompañar los riesgos y momentos de vulnerabilidad que ellos empiezan a sentir, empiezan a denunciar y a sufrir. Y esto no es especulativo, hay en las redes unos trazos de intolerancia, de racismo, e inclusive de amenazas”, advirtió Hernández Valencia.
“Yo estuve la semana pasada con las familias, es evidente y a todas luces un dato duro que la brecha, la distancia, el depósito de confianza entre las familias y las autoridades es muy grande. Y que todos los nuevos elementos, inclusive de investigación, evidencian que van surgiendo, siguen cayendo en esa misma fosa, en esa misma brecha y en esa misma distancia”, dijo.
También se refirió a Tlatlaya, en donde manifestó que lo principal es transparentar el caso y señaló que en el mundo los protocolos de despliegue de patrullas a zonas de riesgo están sumamente calculados e incluso existen documentos con el detalle de salida, el punto de llegada, la intención del tránsito, la composición y armamento que llevan, los tiempos que deben hacer en el recorrido: “Lo que no es válido hacer en el mundo tan especializado de la Defensa Nacional es desplegar unidades que puedan ser vulnerables en zonas de peligro, entonces se hace con mucho cuidado y todo eso se escribe”.
Y agregó que “más allá de la idea de un carpetazo, se debe poder conversar en los espacios adecuados en cómo obviamente proteger a los servidores públicos, no exponerlos, y en caso de que tengan encuentros aparentemente fortuitos como éste, poder también transparentar las circunstancias en que un aparente encuentro fortuito puso en un riesgo por una absoluta asimetría de número y poder de fuego que pudo haberle costado la vida y haber sido fatal también para la propia patrulla”.
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