REYNOSA, TAM.- La fe se desborda con cada paso que dan los peregrinos que llegan hasta la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Reynosa para darle las gracias por los milagros concedidos.
A 483 años de la aparición a San Juan Diego de la Virgen de Guadalupe, año con año cientos de fieles católicos invaden las calles aledañas al santuario con la finalidad de llegar a venerar a la Morenita del Tepeyac.
Y es que cada media hora los sacerdotes recibían una peregrinación cargada con arreglos florales y despensas, que eran entregadas en el altar.
En la iglesia fue posible observar personas que portaban con gran devoción un cuadro, imagen o velas que eran ofrendadas a la Madre de los mexicanos. También algunos padres de familia vistieron a sus hijos con el atuendo de San Juan Diego o portaron alguna prenda alusiva a la Virgen Guadalupana.
Afuera los vendedores de flores, veladoras, artículos religiosos ofrecieron sus productos a los ciudadanos que ahí se congregaron. La mezcla de olores por la venta de antojitos mexicanos que no podía faltar en este tipo de festividades.
Aunque contrario a años pasados fueron pocos los comerciantes que se pudieron instalar frente a la capilla, ya que por la remodelación de la plaza principal fueron colocados en la calle Morelos.
Después de las 23:00 horas la parroquia se mantenía saturada de feligreses que acompañados del mariachi que le cantaron las mañanitas a la Virgen de Guadalupe en su aniversario y presenciaron la tradicional misa de gallo a la medianoche.
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