Ciudad del Vaticano.-
En el primer Ángelus después de su amargo mensaje de Navidad, el papa Francisco, recordando el testimonio de san Esteban, primer mártir cristiano de la historia, oró “por los tantos, tantísimos mártires de hoy, por los que son discriminados, perseguidos y asesinados por su testimonio de fe en Cristo”.
Desde el balcón de las habitaciones pontificias y ante la multitud que se había dado cita en la explanada vaticana, Francisco agregó que si estos nuevos mártires “llevan esta cruz con amor, han entrado en el misterio de la Navidad, en el corazón de Cristo y de la Iglesia”.
El Pontífice argentino pidió a los fieles presentes orar para que “el sacrificio de estos mártires de hoy pueda reforzar el empeño para que pueda reconocerse y asegurarse concretamente la libertad religiosa en todo el mundo” la cual, exclamó, “¡es un derecho inalienable de toda persona humana!”.
El Papa también recordó que la Navidad debe ser despojada de aquel “falso revestimiento dulzón que no le pertenece” y, evocando el martirio de san Esteban, muerto muy joven, defendiendo su fe, señaló: “No se olviden: coherencia cristiana, es decir, pensar, sentir y vivir como cristiano, no pensar como cristiano y vivir como pagano: ¡Esto no! Hoy pidamos a Esteban la gracia de la coherencia cristiana”.
Estas palabras, agregó , “nos hacen comprender que en las pruebas aceptadas a causa de la fe, la violencia siempre es vencida por el amor y la muerte por la vida”, pero también, dijo, nos puede ayudar a dar “testimonios en la humildad y en el servicio silencioso sin el miedo que comporta ir contracorriente y de pagar con la propia persona”.
Al término del Ángelus, luego de desear a todos los cristianos de la tierra un período lleno de paz, Francisco agradeció los tantos mensajes navideños que le han llegado de todas partes del mundo, pero que “no siendo posible responder a todos ellos” había orado por todos aquellos que lo han felicitado.
Francisco expresó varias veces esta semana su solidaridad con las minorías cristianas discriminadas, sobre todo en Medio Oriente. El miércoles tuvo el gesto sin precedentes de llamar por teléfono a un campo de refugiados cristianos en el norte de Irak.
Crítica a activista. En tanto, la activista del grupo ucraniano Femen que intentó robarse el jueves una estatua del Niño Jesús del pesebre montado en la Plaza de San Pedro permanecía este viernes detenida, informó el Vaticano.
La activista, que iba con el torso desnudo, y a la que Femen Internacional identificó a través de Facebook como Iana Zhdanova, buscaba protestar contra la posición antiaborto del Vaticano, en el día de Navidad. La mujer gritó: “¡Dios es una mujer!”, consigna que también tenía inscripta sobre el pecho. Un gendarme vaticano la detuvo, la tapó y recuperó la figura del Niño Jesús.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que Zhdanova fue arrestada por “desacato, comportamiento obsceno y robo” y que aún se encontraba detenida en una comisaría, antes de ser interrogada por un juez.
Esta fue la respuesta más dura del Vaticano hasta ahora contra activistas de Femen. Conocidas por sus protestas con el torso desnudo, ya han llamado la atención con varios actos en la Plaza de San Pedro en el pasado.
Lombardi consideró que la más reciente acción fue “particularmente grave dado el lugar y las circunstancias en que se cometió, ofendiendo deliberadamente los sentimientos religiosos de innumerables personas”.
Lombardi recordó que otras tres mujeres del movimiento Femen protestaron el pasado 14 de noviembre, igualmente con el torso descubierto, en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Ante ello, consideró que “es necesario actuar con rigor ante la repetición de acciones que violan intencionalmente, repetidamente y gravemente el derecho de los fieles y el respeto de sus convicciones religiosas”.
Femen es una organización feminista de origen ucraniano cuyas militantes se han hecho famosas en todo el mundo por sus acciones callejeras en “top-less en defensa de los derechos de las mujeres.
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