México, D.F.-
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó el asesinato del sacerdote Gregorio López Gorostieta, “Goyito”, y reiteró su reclamo: “¡basta ya a la violencia!”.
Recalcó que la Iglesia católica no quiere más sangre, más muertes y más desaparecidos en el país.
Los obispos exigieron el esclarecimiento de este asesinato, así como de otros que han ocurrido en México y que se castigue a los responsables conforme al derecho.
En un pronunciamiento, firmado por el presidente de la CEM y arzobispo de Guadalajara, José Francisco Cardenal Robles Ortega, así como por el secretario general y obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lara Rugarcía, se indicó que el sacerdote perdió la vida de una forma injusta y violenta.
La CEM, agregó, hace eco del sentir de muchos mexicanos, quienes exigen que éste y otros crímenes se esclarezcan.
En tanto, Fides, la agencia de prensa de El Vaticano, difundió que durante los últimos 24 años se han cometido 47 ataques contra miembros de la Iglesia católica en México, de los cuales 45 son delitos menores y dos corresponden a sacerdotes desaparecidos.
Esos datos indican que México se ha convertido en el país más peligroso de América Latina para ejercer el ministerio sacerdotal, dijo la agencia.
Además, el Centro Católico Multimedia, perteneciente a la CEM y que acaba de publicar su informe anual 2014, enumera a los sacerdotes, religiosos y laicos que han perdido la vida en México, “debido a su acción pastoral eficaz y al sentido de fidelidad absoluta a Cristo y a su Iglesia”, refiere la nota enviada a la Agencia Fides desde el Centro Cultural Misionero (CCM).
El informe presenta la lista de los agentes pastorales que han muerto de forma violenta en México desde 1990 hasta 2014: un Cardenal, 34 sacerdotes, un diácono, tres religiosos, cinco laicos y un periodista católico.
Asimismo, registra un aumento de casos en la administración del gobierno de Enrique Peña Nieto. En 2014 se cometieron tres asesinatos de sacerdotes y un ataque contra un laico que acompañaba a un sacerdote. Este último sobrevivió a un tiroteo, tras un intento de secuestro fallido.
En los últimos 12 meses, dos sacerdotes de la Arquidiócesis de Acapulco, Guerrero, han pagado con su vida el secuestro por parte de grupos violentos. Otro sacerdote de la Diócesis de Atlacomulco, Estado de México, fue asesinado durante un robo perpetrado en la iglesia de la que era párroco.
Por otro lado, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero inició la averiguación previa por el delito de homicidio, luego de que el pasado jueves se encontrara el cuerpo sin vida del sacerdote Gregorio López Gorostieta, en la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano, en el paraje llamado Rancho La Cañada.
En un comunicado, la FGE informó que el mediodía del viernes, el titular de la dependencia, Miguel Ángel Godínez Muñoz, se reunió con familiares del religioso, “con quienes asumió el compromiso de brindar certidumbre y confianza en el proceso y las investigaciones para detener a los autores del crimen, y para aplicar todo el peso de la ley en contra de los responsables del lamentable hecho”.
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