México, D.F. / Abril 22.-
La posibilidad de “estar con un fotógrafo reconocido mundialmente” fue uno de los atractivos que tomó en cuenta Lutz Alexander para posar desnudo en 2007 ante la cámara de Spencer Tunick y buscar, con éxito, repetir la experiencia en enero pasado.
Reconocimiento, cámaras, micrófonos y medios de comunicación van donde está el neoyorkino de 41 años, que ha realizado más de 60 instalaciones en Estados Unidos, Sudamérica y Europa, y expuesto en centros de arte, galerías, bienales y ferias.
Su fama de provocador y polémico, ha sido uno de los ganchos para que miles de ciudadanos atiendan su llamado a dejar en casa el pudor y salir afuera a posar desnudos, en medio del frío, ante un amanecer, en la esquina de cualquier urbe o en un entorno natural.
Los envuelve una mezcla de curiosidad, desafío, sentido de comunidad, exhibicionismo, rebeldía; algo de eso se percibió en el grupo de modelos que acompañó a Tunick para anunciar la exposición de sus nuevas instalaciones hechas en enero en esta ciudad. Durante la conferencia de prensa, el propio Tunick reconocía en la rebeldía mucho del espíritu que envuelve su obra y que por momentos lo hace sentirse como parte de un grupo de rock.
Al menos en México, ningún otro artista plástico reúne tantos medios y convoca de manera tan masiva al público. ¿La diferencia está en los desnudos?
En todo caso, resultado de ese click con los mexicanos es la nueva exposición que se inauguró en Centro Cultural Universitario Tlatelolco, en donde se pueden ver 30 fotografías de sus instalaciones realizadas con un grupo de 40 “aventureros urbanos” nombre que Tunick prefiere, en lugar de modelos, para designar a los que posan para sus obras.
Celoso del lenguaje, Tunick precisa que las suyas son instalaciones, más que fotografías. Se considera un artista visual, no un fotógrafo, que realiza instalaciones y las documenta con fotografía y vídeos. También refiere que su interés es por el cuerpo desnudo: “el mundo tiene ya muchos fotógrafos que trabajan con gente vestida”. Y tiene un límite a la hora de trabajar: “evito niños”.
El matrimonio Tunick-México inició hace cuatro años y aunque el artista no adelantó sus próximas citas, sí espera hacer algunas instalaciones en zonas arqueológicas, y concretar otros eventos. “No es Nueva York la ciudad que nunca duerme, lo es la ciudad de México”. Del DF le atraen en particular las bodegas, los puestos, las taquerías: “México amanece con comida y se acuesta con comida. Mi amor por el DF despertó mi amor por mis obras anteriores, me llevó a mi serie de Nueva York en los años 90”.
Agradecido con la UNAM que apoyó este proyecto y con el propio Andrés Blaisten, Tunick dio crédito también a los hombres y mujeres que marchan desnudos en la ciudad de México -como los del movimiento de los 400 pueblos-: “La sensibilidad por el cuerpo en las calles de México es hasta más suave. Y eso se debe en parte a los que marchan, los marchistas abrieron camino a este trabajo”. El artista hizo este comentario para comparar cómo “en términos generales la policía aceptó el proyecto como una obra de arte”, algo muy distinto de lo que le ha pasado, en especial, en Estados Unidos.
Nacido en Middletown (Nueva York), Spencer Tunick estudió a finales de los años ochenta, en el Emerson College de Boston, y luego en el Centro Internacional de Fotografía. Tras su primera exposición individual, en 1993, fue ocupándose de documentar con fotografías y vídeos la interacción entre el cuerpo y los paisajes urbanos o naturales, a través de desnudos multitudinarios en espacios públicos. Otra de sus expresiones ha sido la interacción los cuerpos con una obra de arte; este tipo de diálogos se puede advertir en algunas de las piezas que representa en su nueva exposición en México, se trata de instalaciones basadas en algunos de los cuadros y esculturas de la colección Andrés Blaisten, que exhibe el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.
“A nivel profesional, Spencer Tunick va a lo que va; a nivel personal es mucho más humano, habla de sus hijas, es cálido, no tan más frío”, comentó durante la conferencia de prensa Mara Montes, otra de las “aventureras” que lo acompañaron en las fotos.
“Es alguien que te da confianza, te mira a los ojos, es amable, sabe lo que quiere, tiene un proyecto en mente sin que por eso rompa con la espontaneidad de una obra de arte”, opinó Lutz Alexander.
Lutz y Mara fueron dos de los treinta modelos que buscaron participar en esta segunda convocatoria de Tunick. El grupo se presentó para posar al lado del fotógrafo, ver el resultado de las fotos que durante las mañanas de cuatro días de enero pasado se tomaron en distintos espacios de la ciudad de México: calles vacías, construcciones, fuentes, sillas de parques, puestos de comida callejera y la piel en todo su esplendor.
La muestra se llama “Citadinos” y es el reflejo de los lazos firmes que el polémico Tunick ha entablado con la ciudad de México, destino al que quiere regresar para poder cumplir otro de sus sueños: “Desnudar a las pirámides de Teotihuacán”.
Discussion about this post