Los Angeles, E.U.-
La muerte de una mujer por un disparo de su hijo de dos años, que accidentalmente accionó la pistola que ella llevaba en su bolso en un supermercado, relanzó el debate sobre la legislación de las armas de fuego en EEUU.
Los accidentes mortales y matanzas con armas de fuego registradas a título personal en Estados Unidos se han vuelto cada vez más frecuentes, mientras se incrementan igualmente las voces para pedir mayores controles y exigencias a la hora de venderlas a los ciudadanos.
La víctima fue Veronica J. Rutledge, que recibió el disparo el martes cuando estaba haciendo compras junto a otros familiares en un supermercado Walmart en la localidad de Hayden, en Idaho.
“Su hijo de dos años disparó accidentalmente a la víctima de 29 años”, confirmó a la AFP el teniente del condado de Kootenai, Stuart Miller.
El menor iba sentado en el carrito del supermercado, desde donde “agarró la pistola que la víctima tenía escondida en su bolso, logrando activarla”, explicó Miller en un comunicado.
El teniente confirmó a la AFP que la mujer, originaria de Blackfoot, otra ciudad de Idaho, tenía el permiso para portar armas ocultas.
Idaho, es uno de las regiones de Estados Unidos donde más personas manifiestan poseer armas de fuego.
El canal de televisión KREM 2 aseguró -citando fuentes oficiales- que Rutledge estaba en el supermercado con otros tres niños, aunque la policía no confirmó este dato.
Los hechos se desataron en la sección de electrónica, situada en la parte trasera de la tienda.
Las autoridades pusieron un equipo de expertos a disposición de los empleados de la tienda que necesiten recibir asistencia psicológica o quieran hablar de lo ocurrido, según la televisión.
Los responsables de Walmart dijeron en un comunicado que están “cooperando con los agentes del sheriff del condado Kootenai mientras dura la investigación”.
— Accidentes mortales —
Los accidentes mortales y matanzas con armas de fuego registradas a título personal en Estados Unidos se han vuelto cada vez más frecuentes, mientras se incrementan igualmente las voces para pedir mayores controles y exigencias a la hora de venderlas a los ciudadanos.
El incidente del martes es quizá el que involucra al más pequeño de los niños que se han convertido en involuntarios protagonistas de accidentes mortales con armas de fuego en Estados Unidos, que parecen ser cada vez más frecuentes.
En agosto, una niña de nueve años dio muerte a un instructor de tiro que le enseñaba a utilizar una ametralladora al accionó accidentalmente el gatillo y perder el control del arma.
En mayo de 2013, un niño de 5 años mató a su hermana pequeña de 2 años en Kentucky, con un Crickett, un modelo para niños de un rifle de cañón largo, que le regalaron por su cumpleaños.
Poco antes, en Tennessee, un niño de 4 años mató a la esposa de un policía que recibía a unos amigos y les mostraba sus armas. Otro menor de 4 años mató a su amigo de 6 con una carabina hallada en una casa de New Jersey.
Y en 2008 un menor de 8 años murió mientras empuñaba una Uzi en una feria de armas, exposiciones que atraen a miles de estadounidenses cada año.
En Estados Unidos 1,7 millones de niños viven en hogares en donde hay al menos un arma de fuego que no están bajo llave, según el Centro Legal para Prevenir la Violencia.
Un proyecto del gobierno de Barack Obama para endurecer la legislación federal sobre la posesión de armas fracasó ante la oposición de los congresistas.
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