Monterrey, N.L.-
El cantante mexicano Luis Miguel celebró la víspera del Año Nuevo mediante un espectacular concierto ante miles de personas en la explanada principal del Parque Fundidora de esta ciudad.
Pese a la llovizna, la concentración de lodo y el frío que azotó en el lugar, las 40 mil personas asistentes, según cifras oficiales, demostraron a “El Sol” su fidelidad y cariño entregándosele de manera incondicional y de principio a fin, durante las más de dos horas de concierto.
Como parte de su “tour” 2015 “Déja Vu” y de la fiesta de Año Nuevo de Nuevo León, el artista de 44 años presentó un repertorio conformado por 50 temas, en su mayoría popurrís. El detalle fascinó a sus fans que desde hace más de tres décadas siguen su trayectoria, pues nunca había interpretado tanto ni con tantos clásicos.
Aunque dirigió escasas palabras a la audiencia, Luis Miguel mostró empatía con los regiomontanos. A diferencia de otras ocasiones, en que incluso se le ve molesto por las constantes fallas en el sonido, esta vez no discutió con su “staff” de producción y se le vio sonriente, alegre, coqueto, bailador y cariñoso.
Esto último sobre todo hacia su primogénita Michelle Salas, a quien besó durante el concierto, aunque la joven permaneció tras bambalinas observando a su padre.
A las 21:55 horas el ídolo internacional inició su presentación luego de una introducción de imágenes al estilo “James Bond”. El primer corte que interpretó fue el éxito internacional de Pablo Beltrán Ruiz y Luis Demetrio, titulado “¿Quién será?”, nuevo en su lista de melodías.
Después compartió “Tú, sólo tú”, “Dame tu amor”, “Suave” y “Amor, amor, amor”. Luciendo impecable traje oscuro, camisa blanca y corbata, el ídolo de la música también deleitó con “Que tú te vas” y después expresó:
“Vamos a calentar un poco el ambiente con estos boleros para terminar el año, arriba”. Así, cantó el primer medley de la noche compuesto por “Todo y nada”, “Sabor a mí”, “Sin ti”, “Por debajo de la mesa”, “La gloria eres tú” y “Bésame mucho”.
Acompañado de nueve músicos y de la sensual corista argentina Paula Peralta, “Luismi”, como también le llaman, se paseaba galante de un lado a otro del escenario para reconocer a sus seguidores.
Con el tono característico de bronceado en su piel y delgado en su aspecto, ahora deleitó con otro popurrí que enumeró a “Pupilas de gato”, “Alguien como tú”, “Suave”, “Hoy el aire huele a ti”, “Más” y “Sintiéndote lejos”.
A través de tres pantallas gigantes, el público que permaneció en la parte más lejana al escenario, también lo disfrutó cuando al lado de una mesa con flores blancas interpretó grandes éxitos como “Esa niña”, “Amante del amor”, “Fría como el viento”, “Tengo todo excepto a ti” y el clásico de 1989, “La incondicional”.
Luis Miguel demostró que no obstante el tiempo transcurrido, la calidad de su voz sigue intacta, pues no sólo alcanzó a la perfección los tonos más altos, sino que se dio el lujo de resaltar la potencia de su timbre cuando separaba el micrófono de su boca.
Pese a la llovizna con el viento a su dirección y la baja temperatura que incluso hizo notar cuando vaciló fumar un cigarrillo para exhalar el frío halo de su boca, el cantante no perdió los ánimos y emocionó también con “Yo que no vivo sin ti”, “Culpable o no” y “Hasta que me olvides” coreados en su totalidad por las miles de almas.
Tras beber de un vaso, pidió a un miembro de su “staff” llamaran a su hija Michelle y acercándose a uno de los costados del escenario le dio un beso a la joven dedicándole el tema “Te necesito”, para luego entregar “Mucho corazón”, “La media vuelta” y “Amorcito corazón”.
A sabiendas de que un artista como él puede cantar el género que sea, después de las 23:00 horas apareció el mariachi con “El son de la negra” y ya con otro vestuario, también en tono oscuro, “El Sol” regresó al entarimado para emocionar con “El viajero”, “Si nos dejan”, “Sabes una cosa” y “Échame a mí la culpa” mientras coqueteaba con una mujer de entre el público.
Tras cerrar el set con “Cielito lindo”, “Qué bonita es mi tierra” y “Viva México”, regresó al pop con otro segmento de antaño que hace tiempo con cantaba, “Separados”, “1+1> 2 enamorados” y “Directo al corazón”, que concluyó de forma abrupta a causa de un breve apagón.
“¿Ya casi listos?”, preguntó y eligió “Vuelve”, “Cómo es posible que a mi lado”, “Será que no me amas” y “Te propongo esta noche” para continuar y luego con concluir con “Deja Vu” y dos temas navideños en espera de dar la cuenta regresiva para el Año Nuevo.
Mientras los fuegos pirotécnicos iluminaban el cielo de colores, Luis Miguel bebió de una copa y brindó con su hermano Alejandro, su hija Michelle y sus músicos para cerrar con broche de oro su presentación a través de “Labios de miel”.
“Gracias, buenas noches Monterrey, ¡feliz año!”, expresó después de la medianoche y en señal de adiós, abandonó el escenario ante un público satisfecho.
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