“El poder destructivo de las drogas es una amarga realidad que enfrenta el mundo”, así lo ve la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA) de Estados Unidos, quien no tiene duda sobre que “la drogadicción es una enfermedad que afecta el cerebro, es crónica”.
Nacida en México, especialista en siquiatría y científica dedicada a la investigación del efecto de las drogas, Volkow comentó a EL UNIVERSAL: “Contrariamente a lo que se cree culturalmente, la adicción es una enfermedad que reside en el cerebro. Por muchos años hemos tratado de entender en qué áreas de este órgano está la patología”.
Su efecto golpea varios circuitos, entre ellos los que “permiten sentir placer, que nos motivan en las actividades diarias, los de memoria y aprendizaje. Al final de cuentas, la drogadicción es una memoria poderosa que cambia el valor de los diferentes estímulos que motivan a un individuo a actuar”.
En términos científicos, dijo: “Es un problema de desajuste de los sistemas del placer, de memoria y afecta los centros cognitivos que permiten ejercer un juicio adecuado, hacer un análisis de una situación y tomar una decisión”. Nora Volkow, bisnieta del político ruso León Trotsky, se ha dedicado a desentrañar lo que lleva al ser humano a consumir drogas, que —subrayó— “Desajustan varios circuitos cerebrales y la persona pierde la capacidad de control, al mismo tiempo que la habilidad de percibir placer por los eventos o estímulos naturales y en la búsqueda del que ya no encuentran, caen en una carrera de tomar drogas para compensarlo”.
PUERTA DE ESCAPE
La gente que ha caído en una adicción puede creer que se halla en un callejón sin salida, pero, explicó: “Se puede tratar, existen tratamientos efectivos para este problema. Algunos de los cambios en el cerebro se recuperan, pero debe darse un tratamiento sostenido. Desgraciadamente no hay uno que cure totalmente, pero, se puede controlar y la persona puede llevar una vida normal”.
Los puntos claves para la prevención:
1. El más importante son los padres, estableciendo el diálogo, educando a los hijos desde edad muy temprana. Los padres deben tener una presencia constante con los hijos, lo que en sí mismo es prevención.
2. “Otro aspecto es el sistema educativo escolar, a través de la educación de los maestros, pero también a través de la organización de la escuela, que mantenga un control sobre el uso de drogas.
3. “Un tercer factor tiene que ver con las actividades sociales de un adolescente, la mayor parte de la experimentación de drogas ocurre en esta etapa, porque es de búsqueda, en la cual se toman riesgos. Si al adolescente no se le dan alternativas para desarrollar estos impulsos normales y fisiológicos entonces va a caer en el uso de drogas como forma de descubrimiento, de reto.
4. “Un cuarto componente muy importante es el acceso a las drogas, si éstas son muy accesibles, hay más probabilidad de que las tome. Es por eso que el mayor impacto desde el punto de vista de salud actualmente no son las drogas ilícitas sino que son las legales: el alcohol y el cigarro”.
Nora Volkow admitió que no todo adolescente que experimenta con drogas cae en la adicción, pero es cierto que probar puede tener “consecuencias devastadoras”, finalizó.
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