Ciudad del Vaticano.-
En su primera audiencia general tras regresar de su viaje por Sri Lanka y Filipinas, el papa Francisco volvió a subrayar la esencialidad de la familia en la sociedad, no sin antes explicar que la causa de la pobreza no eran las familias numerosas, frase con la cual aclaró la no tan velada crítica hecha a estas familias en su vuelo de regreso a Roma, que algunos interpretaron como una apertura de la Iglesia a un eventual control de la natalidad.
El Papa dijo que daba “consolación y esperanza ver a tantas familias numerosas que reciben a sus hijos como un verdadero don de Dios, porque saben que cada hijo es una bendición”. De esta forma rechazó la hipótesis, que definió de “simplista”, de que tener demasiados hijos pueda ser el origen de las dificultades económicas de estas familias y de algunas naciones.
“La causa principal de la pobreza es un sistema económico que no tiene como centro la persona humana sino al dios dinero”, dijo Francisco en el Aula Pablo VI, para después exclamar que este sistema económico, que “excluye a niños, ancianos, jóvenes y que crea la cultura del descarte que vivimos”, era “el motivo principal de la pobreza y no las familias numerosas”.
Partiendo de esta premisa, el Pontífice vinculó uno de los principios fundantes de la Iglesia católica —que la familia la integran un hombre, una mujer y sus hijos— a lo sostenido en el avión papal, que las familias no debían tener hijos como conejos y que tres podría ser el número justo.
Muchos medios interpretaron estas palabras como una clamorosa apertura de Francisco al uso de anticonceptivos sosteniendo que detrás de las mismas estaba la encíclica Humanae vitae de Pablo VI.
El Papa condenó la violencia que sufren las comunidades cristianas en Níger no sin antes hacer un fuerte llamado a no usar la religión para fomentar el odio. “No se puede hacer la guerra en nombre di Dios”, dijo aludiendo a los múltiples actos terroristas que llevan a cabo los extremistas islámicos en el nombre del profeta.
Como acostumbran los Pontífice después de un viaje al extranjero, también el papa Bergoglio recordó aspectos de su segundo viaje en Asia, “un Continente de ricas tradiciones culturales y espirituales”, observó añadiendo que conservaría en su corazón “el recuerdo de la festiva acogida que recibí de las multitudes me acompañaron en este viaje”.
También dijo que durante el mismo había estimulado el diálogo interreligioso al servicio de la paz y el camino de unidad y desarrollo social que deben seguir estos pueblos refiriéndose, en particular, al de Sri Lanka, país que “está buscando reconstruir la unidad después de un largo y dramático conflicto civil”, entre tamiles y cingaleses.
De su visita a las Filipinas el Papa explicó que tuvo por objeto “expresar mi cercanía con la población que sufrió la devastación del tifón Yolanda” y, retomando lo dicho en este país, también recordó que “el cuidado de los pobres es un elemento esencial”, pero que esto comporta no sólo “rechazar toda forma de corrupción, porque roba a los pobres”, sino construir “una cultura de la honestidad”.
Entretanto, el fiscal del Vaticano para los abusos sexuales, el obispo Charles Scicluna, fue designado titular de una nueva junta de la Santa Sede para oír las apelaciones de los sacerdotes acusados de vejámenes a menores de edad. Scicluna dirigirá el panel, que incluye a algunos de los expertos más avezados en derecho canónico, informó el Vaticano El Papa anunció en noviembre la creación del panel.
En años recientes, el Vaticano ha recibido un promedio de entre 400 y 500 acusaciones por año, aumentando significativamente la carga de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
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