En medio de todo el movimiento generado por la influenza, el Senado mexicano aprobó que a quienes les gustan las drogas podrán cargar con dosis de cinco gramos de mariguana y de 500 miligramos si es cocaína.
También le entraron a aprobar que el tráfico de armas sea tema de seguridad nacional, ¿es que no lo era?
Y para proteger a sus protegidos se persigue de oficio la piratería de programas de computación, videogramas, fonogramas y libros.
Los senadores se apuraron, no vaya a ser que el pueblo despierte del letargo en que nos tienen los cerditos y aprobó la reforma de salarios máximos y la envió en caliente a los Congresos estatales para que le den trámite y se reforme la Constitución.
Si se aprueba por la mitad más uno de los Congresos estatales ya nadie podrá ganar más que el presidente de la República, bueno en lo que se refiere a los sueldos y compensaciones autorizadas por la ley, el resto será ganancia para quienes ocupen algún cargo público, lo que les llegue por debajo de la mesa, como dice la canción que canta Luis Miguel.
Mire en la información que se maneja sobre la aprobación senatorial para cargar con droga por si le hace falta camino a su casa, al trabajo o a la guardería a recoger a sus hijos usan una serie de términos técnicos para referirse a los estupefacientes, que preferimos mejor aquí no incluirlos.
Esa reforma había sido enviada al Congreso desde hace cuatro años en los tiempos del inefable Vicente Fox, pero fue ayer, aprovechando la coyuntura, dirían los políticos, generada por la distracción dirigida hacia la enfermedad que alegan se convirtió en pandemia, que los senadores le dieron trámite y ya fue aprobada.
También decidieron que los operativos policíacos se coordinarán mediante la Ley General del Sistema Nacional de (in)Seguridad Pública y se autorizó la creación de agentes encubiertos.
Ya se turnó a comisiones la Ley de Extinción de Dominio que se refiere a que si usted rentó un bien inmueble y éste fue usado para cometer un crimen por la delincuencia organizada el Estado se lo expropia y se lo apropia.
Todo fue muy rápido, sospechosamente rápido, ¿no cree?
Y a propósito, apenas la semana pasada el tema recurrente en los medios nacionales era la crisis económica y la inseguridad, la lucha entre narcotraficantes.
Nos preguntamos, qué, ya pasó la crisis, ya se arreglaron los asuntos con la delincuencia organizada.
De pronto esos dos temas torales, otra palabrita que les gusta a los políticos, pasaron al baúl de los recuerdos. Sólo rescatado el tema momentáneamente por la detención ayer de un alto mando en Matamoros.
Hoy todo gira alrededor de la enfermedad que cambió la manera de ver la vida a Manuel Camacho Solís, según sus propias palabras, después de haber padecido la enfermedad que lo llevó al borde de la muerte. ¿Se habrá arrepentido de traicionar a Carlos Salinas e irse emberrinchado al PRD y nunca haber dicho claramente cuál fue su participación en la muerte de Luis Donaldo Colosio?
A LOS NIÑOS EN SU DÍA
Hoy deberíamos estar contentos, en todas las escuelas los pequeños tendrían que estar festejando su día, pero un cerdo travieso les quitó la atención de todos y peor aún, porque aseguran que fue precisamente un niño mexicano, Edgar Hernández, el que comenzó todo esto, fue el primer infectado según las autoridades de salud estadounidenses.
Y desafortunadamente otro niño mexicano de casi dos años es la primera víctima fuera del territorio nacional.
Hoy, a pesar de todos estos infortunios, les deseo a los niños tamaulipecos que les esté siendo leve el descanso obligado e inesperado y que sus mamás todavía tengan fuerzas para aguantar hasta el día 6 cuando se supone que reinician las clases.
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