México, D.F.-
Una escritora, un gato y las redes sociales son los ingredientes de una polémica suscitada en Rusia.
Todo comenzó cuando la escritora rusa Elena Lenina publicó en Instagram una foto de su gato teñido de rosa, con motivo de una fiesta a la que los asistentes deberían ir de ese color.
Según Lenina, pretendía que el felino fuera el centro de la atención de la reunión. Y lo fue. Pues luego de publicar la foto, organizaciones por los derechos de los animales comenzaron a atacarlo, llegando al punto de decir que el animal había muerto.
Sin embargo, la escritora tuvo que publicar imágenes del gato “lavado” para demostrar lo contrario. Lenina acusó a sus críticos de no verificar la información y acusarla sin fundamentos de maltrato animal.
Además, señaló que el veterinario le sugirió ese color para pintar al gato. “El color rosa fue escogido por sus propiedades curativas y también porque fortalece el pelo del gato. Mi veterinario me dijo que era un complemento beneficioso para él”, dijo a través de Instagram.
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