Monterrey, N.L. / Mayo 10.-
La erupción fue completa, después de todo en el Volcán la recomendación de sólo permitir el 50 por ciento del aforo total del estadio paso de noche. Por eso el rugido del Universitario en cuanto el árbitro pito el final del 1-1 ante Morelia, eliminado, fue más grande que en la anotación de su equipo. Tigres se mantiene en Primera Nacional. El sonido local anunciaba la derrota necaxista y el abrazo de los jugadores felinos se consumó.
Fue una noche marcada en camino recto. Porque Tigres encontró rápido la ventaja, porque en Morelia Horacio Cervantes se volvió loco y se hizo expulsar en el primer lapso, porque la reacción michoacana no alcanzó, porque Necaxa nunca los presionó desde la capital.
Por eso Tigres no tuvo mariposas en el estómago. Vaya, si el gol llegó desde el minuto dos en remate de cabeza de Antonio Molina, y la expulsión de Cervantes al 11, no había de qué preocuparse.
Incluso el tanto de Monarcas de Gastelum sobre el 52’ tampoco los presionó de más.
Para entonces Monarcas se notaba fundido. Sin su técnico en la banca. Sí Tomas Boy, ese símbolo felino que no podía ser el artífice del descenso dele quipo de sus amores como jugador.
Boy se fue expulsado temprano y Tigres esperó el silbatazo para brincar, brincar y brincar.
Así se salvó la franquicia felina. Sin necesidad de quejarse por el arbitraje de Arellano o voltear dudoso al partido entre los hermanos de la televisora de San Ángel.
Cobijado por su público Tigres se mantuvo como equipo de Primera ante un Volcán en erupción.
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