Washington, D.C. / Mayo 10.-
El ex vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney reapareció este domingo en tono desafiante para justificar la creación de la prisión militar en Guantánamo y la práctica de la tortura, como un recurso “honorable” para defender la seguridad nacional de Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre del 2001, y para rechazar que la administración de George W. Bush haya incurrido jamás en actos “deshonestos, retorcidos o ilegales”.
Durante su intervención en el programa de la cadena CBS Face the Nation, Cheney dejó en claro su intención de no mantenerse callado mientras la administración del presidente Barack Obama enfrenta serias presiones para no amnistiar y sentar en el banquillo de los acusados a quienes confeccionaron y autorizaron la práctica de la tortura contra presuntos terroristas de Al-Qaeda.
“Creo que es muy importante que se entienda que lo que pasó aquí (con la creación de Guantánamo y la autorización de prácticas de tortura) fue un recurso honorable para defender a la nación, que no hubo nada retorcido, deshonesto o ilegal”, aseguró Cheney.
Cuando se le preguntó si acaso estaba dispuesto a comparecer ante el Congreso y testificar bajo juramento, dijo: “Tendría que ver bajo qué circunstancias y saber qué tipo de precedente estaríamos sentando”.
Cheney, el hombre al que el actual vicepresidente, Joe Biden, ha caracterizado como el “más peligroso” en la historia reciente de Estados Unidos, no desaprovechó su intervención en uno de los programas con mayor audiencia para reiterar, además, que con el cambio de políticas que ha ordenado el presidente Obama, “Estados Unidos es hoy más inseguro” que durante los ocho años de la administración Bush.
En otra parte de su intervención, Cheney consideró que sería un gran error transferir a los poco más de 200 prisioneros que aún permanecen en Guantánamo a una o varias cárceles en EU.
Dick Cheney, quien controlaba todo tras bambalinas y que llegó incluso a ningunear al propio Bush ante terceras personas, arremetió también contra el ex Secretario de Estado, Colin Powell, a quien calificó de “traidor” al caracterizarlo por primera vez como un “ex” miembro del partido republicano.
“Creo que Colin ya abandonó el partido. Eso es al menos lo que yo creía desde el momento en que decidió apoyar a Barack Obama”, dijo Cheney para atizar la crisis y guerra fraticida que hoy se libra en el seno del Partido Republicano.
Precisamente, Cheney aseguró que, puestos a elegir entre Powell y Rush Limbaugh, el polémico e incendiario locutor de radio que apuesta por la purga y derechización del Partido Republicano, él prefiere a Limbaugh, que se ha convertido en azote de los moderados y de todos aquellos que apuestan por la refundación del partido desde el centro.
Discussion about this post