Repetidas veces me he preguntado ¿Cómo ha hecho el gobierno para sostener el valor del peso?
Con un petróleo devaluado en una quinta parte del valor de hace un año, con una corrupción asfixiante, pero sobre todo con una guerra que cuesta vidas-muchas- y dinero en abundancia, durante el lapso de dos años el peso ha perdido solo dos pesitos, francamente los responsables de la lana o son unos genios o nos están enviando al voladero.
Llevamos ocho largos años de matanzas, de ver soldadesca en cada uno de los rincones de todas las ciudades de México, si esto no es una guerra ¿entonces qué es?
Los chicos malos cuyas familias fueron presencia social se esfumaron se escondieron cabezas aparecen unas firmes y otras cercenadas por el bando de los buenos con frecuencia a pesar de defensas parapetos y chalecos de seguridad heridos que también son mexicanos, pero el fin ¿cuál es?
Se trata de enriquecerse o simplemente destrozar el sistema de gobierno, lo primero todos queremos alguna vece ser ricos pero destrozar el gobierno, si este se destroza nos destrozamos nosotros el resultado será desastroso.
Habría que volver a empezar y México no está ya para experimentos, hay que implantar los proyectos ya existentes, las pruebas son múltiples pero han sido vanas.
Sabemos obedecer, de eso no me queda duda, pero no sabemos ponernos de acuerdo, por ello nos conquistó Cortés con un puñado de expresidiarios, tenemos un comportamiento sui géneris y no aceptamos el éxito de otro, de inmediato intentamos destruirle, en vez de aprender el “cómo le hizo” que de gran provecho no sería saberlo.
Porque talento existe, pero ese rasgo genético llamado indo-americano es tal vez el causante de nuestras flaquezas hay que superarlo y degradarlo para ser lo que aún hoy en día deseamos.
Tenemos el ejemplo al norte del país copiémosle, no es con tragos de tequila, ni balandronadas como se consigue el éxito, se requiere tesón, conocimiento y sobre todo talento para conseguirlo, no a todos se les da pero hay que intentarlo y si nos toca un papel secundario en la película.
Y es que a todo le damos pero ese papel llama a hacerlo bien, sin tratar de destruir al de arriba, a este apoyémosle para que crezca y produzca, nos apoye y desarrollemos lo que tenemos y sabemos, es más fácil y barato que el estar destruyéndonos.
Qué pasará cuando ya nadie tenga lana, a quien secuestrarán a quien robarán, las ganancias se reducirán a tortillas duras, a vasos de agua, pero el dinero se acabará al romperse el marranito, déjenle engordar pues negocio que no deja para que lo roben no es negocio, así de simple.
Entre la lluvia, el frio, las balas y el terror, nadie puede ganar un peso, pero si hubiese paz, sería lo contrario.
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