“Muere más gente por el dengue que por la influenza”, con estas palabras el gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, puso en evidencia una estrategia del gobierno federal de inyectar miedo a la población con un virus que vino a colapsar la economía nacional, entre otros graves daños.
En una entrevista de banqueta al salir de la reunión del Consejo de Salud realizada este miércoles en Tampico, Hernández Flores declaró lo que en realidad piensan millones de mexicanos y que ponen en entredicho al gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
El virus seguramente existe y es mortal, pero no en esas dimensiones. En nuestro México pobre y en los últimos dos sexenios han muerto más niños por desnutrición ligados a la pobreza extrema, a la desnutrición, hambrientos y sin servicios de salud, que por influenza humana las últimas tres semanas.
El gobernador de Tamaulipas seguramente quiso decir más verdades, pero con lo que señaló fue suficientemente claro y puso al virus en su justa dimensión: el dengue es más mortal que la influenza humana.
Tengo sospechas de que la alarma lanzada por la Secretaría de Salud federal no fue una simple equivocación del potencial mortífero de la supuesta epidemia. Creo que tuvo un trasfondo político-electoral de generar miedo y después colgarse las medallas con las medidas que se tomaron.
Las nuevas reglas del Instituto Federal Electoral prohiben a los gobiernos salir en los medios de comunicación, salvo en situaciones de emergencia como campañas de Salud. Y desde el jueves 23 de abril que empezó todo este circo ¿qué tipo de spots del gobierno federal y del PAN hemos visto en la televisión, radio y periódicos?
La respuesta es obvia: mensajes de funcionarios del gobierno federal y de Felipe Calderón Hinojosa diciendo que México salvó al mundo de una pandemia. Hasta el PAN se unió con un spot de campaña electoral.
“Hay que mantener la alerta, hay que mantener el cuidado y las medidas higiénicas, pero también es importante volver a la normalidad”, añadió Hernández Flores en ese evento.
Hay un dicho que reza: “En la guerra y en el amor todo se vale”. Pero también en la política todo se vale, hasta con campañas perversas aprovechando el nivel medio bajo, tanto en educación como socio-económico, de la mayoría de los mexicanos.
Y si en 2006, previo a los comicios presidenciales, Vicente Fox Quesada alarmó a los electores de que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México, en 2009 apareció otro tipo de pánico: a la influenza.
En días pasados, el dueño de una fábrica originario de Monterrey salió en los medios despotricando contra el gobierno federal porque había tenido millones de pesos en pérdidas, dando trabajo a cerca de 300 mujeres, la mayoría madres de familia y otras muchas embarazadas.
Dentro de ese plan perverso, el empresario significaría un voto en contra para el PAN, pero las 300 obreras seguramente agradecen a Felipe Calderón y a sus funcionarios de que sus hijos están a salvo del ¿mortal virus? y que sus embarazos llegarán a feliz término.
México Lindo y Querido.
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