México, D.F.-
En el 209 aniversario del natalicio de Benito Juárez, el presidente Enrique Peña Nieto colocó una ofrenda floral en el Hemiciclo a Juárez, y realizó una guardia de honor para honrar la memoria del Benemérito de las Américas.
En la ceremonia lo acompañaron su gabinete legal y ampliado, entre ellos, los secretarios de la Defensa, general Salvador Cienfuegos; de la Marina, almirante, Francisco Vidal Soberón; así como el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
El presidente Peña Nieto arribó poco antes de las 10:00 horas en helicóptero a las instalaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ubicada en Avenida Juárez número 20, justo frente al Hemiciclo.
Luego de aterrizar en el helipuerto de la Cancillería, el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, recibió al presidente para acompañarlo hasta el lugar del evento, donde ya lo esperaban todos los integrantes de los gabinetes legal y ampliado.
Para ese momento, la Alameda Central donde se ubica el monumento del expresidente oaxaqueño, ya estaba cerrada al paso de peatones y se había colocado una tarima de color rojo, donde los funcionarios estaban de acuerdo con un distintivo con su nombre colocado en el piso.
Cuando llegó al mandatario, los funcionarios se colocaron en su posición y se interpretó el Himno Nacional Mexicano. Posteriormente, el presidente Peña Nieto, flanqueado por tres descendientes del expresidente Juárez, dos mujeres y un hombre, encabezó una guardia de honor.
Al concluir esta guardia, el jefe del Ejecutivo federal comenzó a despedirse de sus colaboradores, no sin antes intercambiar algunas palabras con los familiares del expresidente Juárez García.
Los funcionarios estaban a ambos lados del presidente, siguiendo la forma de media luna del monumento. Primero se despidió de los que estaban a su derecha y luego los de la izquierda.
Al término, pasó a saludar a otros funcionarios que permanecían sentados bajo una carpa, a un costado del monumento, para después dirigirse hacia la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Sin embargo, antes de entrar a la Secretaría, por la puerta que está a un costado del antiguo templo de Corpus Christi, el primer mandatario decidió ir a saludar a la gente que se encontraba en la esquina de Avenida Juárez y Luis Moya.
Al pasar por un restaurante que se encuentra en el segundo piso de esa esquina, los comensales se asomaron a las ventanas para saludarlo. Después, el presidente se dirigió al otro extremo del perímetro de seguridad, junto al centro comercial Patio Juárez, para saludar a más gente.
Acompañado por los secretarios de Relaciones Exteriores y Gobernación, entró finalmente a la Cancillería, para después partir en el helicóptero.
Mientas tanto, los funcionarios federales permanecieron conversando animadamente en la explanada frente al Hemiciclo, entre ellas la procuradora General de la República, Arely Gómez, quien platicaba con el director Jurídico de la Presidencia, Humberto Castillejos, y con el senador Miguel Barbosa.
Aunque a la distancia no se escuchaba la conversación, de pronto el grupo prorrumpió en una sonora carcajada, mientras la procuradora decía en voz alta y entre risas: “¡está tremendo, está tremendo!”
Los secretarios de la Defensa, Salvador Cienfuegos, y de Marina, Vidal Francisco Soberón, aprovecharon para intercambiar un comentario con Monte Alejandro Rubido García, Comisionado Nacional de Seguridad. Hablaron en voz baja y en un tono estrictamente serio.
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