México, D.F. / Mayo 15.-
El ex presidente Miguel de la Madrid aceptó que en su gobierno toleró abusos y corrupción, entre ellos, de Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, pues temía que de enfrenar al entonces poderoso líder del sindicato petrolero provocaría algún conflicto laboral y hasta social, que lo obligara a echar mano del Ejército.
“Yo sabía que La Quina importaba armas y que las tenia preparadas para algún enfrentamiento con el gobierno”, reveló el ex presidente Miguel de la Madrid, entrevistado por la periodista Carmen Aristegui.
Incluso, aseguró que “La Quina” lo amenazó en diversas ocasiones, cuando pretendió coptar sus pretensiones.
Preciso que Hernández Galicia sacó provecho personal de los contratos en PEMEX y en la venta de plazas en la paraestatal.
En una segunda parte de la entrevista, el ex mandatario se refirió a Joaquín Hernández Galicia, el entonces poderoso líder de los petroleros, y de la forma como toleró la corrupción en su gobierno.
“Cuando supe (lo de las armas) le ordené al entonces General de la Defensa, Juan Arévalo que por oficio le advirtiera que era un delito introducir armas de contrabando (al país)”, dijo el ex presidente.
Aceptó que “La Quina” fue quien distribuyó la información sobre el asesinato de una trabajadora doméstica de la familia de los Salinas.
“El arresto de la Quina fue inevitable porque La Quina era muy hostil, hacia mí primero y luego hacia Salinas”, aseveró en la entrevista.
Con la afirmación se comprobó, cuando menos verbalmente, que Hernández Galicia había patrocinado la publicación del libro ¿Un asesino en palacio?, que relata que uno de los miembros de la familia Salinas de Gortari –Raúl o Carlos Salinas de Gortari– asesinó con un rifle calibre 22 a una empleada doméstica.
Un día antes, Miguel de la Madrid aseguró haberse equivocado al promover a Carlos Salinas de Gortari, a quien acusó de corrupto y de permitir vínculos familiares con el narcotráfico.
De la Madrid dijo que la alianza entre los grandes sindicatos y los gobiernos del PRI se debió a que entre ellos se daban apoyo recíproco.
“Éramos benévolos mutuamente… podría calificarse de complicidad”, admite el ex presidente.
Aseguró incluso que el gobierno toleraba los abusos del sindicato !”y el sindicato toleraba al gobierno sus abusos”.
En la entrevista dijo que en lo general enfrentó la corrupcíón pero que “a veces” tenía que voltear a otro lado para ignorar el flagelo.
Reconoció que en su administración tuvo que permitir “algunas corruptelas” como la venta de plazas y los contratos.
Como prototipo del aliado del sistema colocó a Carlos Hank González. Dijo que nunca amenazó con violencia a los gobiernos del PRI.
“Hank González se enriqueció por los contratos de transportación de productos petrolíferos”, explicó el ex mandatario.
Aunque señaló que la flota petrolera era “muy eficaz” y que no era necesaria la corrupción para sacar beneficios sólo con los contratos.
Pero insistió que en el caso del líder petrolero tuvo que tolerar la venta de plazas, los contratos de transporte.
Hernández Galicia fue detenido en enero de 1989 en un operativo militar en su casa acusado, entre otros delitos, de acopio de armas.
La Quina fue condenado a 35 años por homicidio y posesión de armas de uso exclusivo del Ejército, pero quedó en libertad en 1997.
Carmen Aristegui le preguntó directo a Miguel de la Madrid desde cuándo se empezó a “cocinar” el llamado “quinazo”.
“Desde el principio de mi gobierno”, respondió el ex mandatario.
Luego de que se difundieran extractos de la entrevista, el propio ex presidente Miguel de la Madrid las desacreditó.
Dijo que encontrarse convaleciendo de un estado de salud “que no me permite procesar adecuadamente diálogos o cuestionamientos, tal como consta en las grabaciones difundidas por la señora Aristegui, en las que mi tono de voz se escucha débil y confuso. Por lo que dejo en claro, que después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud”.
En la segunda parte de la entrevista, la periodista le preguntó a De la Madrid que si para gobernar México se necesitaba cinismo, a lo que el ex presidente respondió: “Sí, mucho”.
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