Ciudad del Vaticano.-
El Papa Francisco clamó hoy porque nadie sea excluido del derecho al agua, que calificó como “el elemento más esencial para la vida” y advirtió que de la capacidad de custodiarlo y compartirlo depende el futuro de la Humanidad.
En su reflexión posterior al rezo del Ángelus dominical, recordó que este domingo se celebra la Jornada Mundial del Agua promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Asomado a la ventana de su estudio personal, en el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa habló en italiano y evocó el Cántico del Hermano Sol, de san Francisco de Asís: “Alabado sea, mi señor, por la hermana agua, la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta”.
Entonces animó a la comunidad internacional a vigilar para que las aguas del planeta estén “adecuadamente protegidas” y “ninguno sea excluido o discriminado” en el uso de este bien, que es el “bien común por excelencia”.
Después anunció un regalo particular. Siguiendo una antigua tradición de la Iglesia ofreció unos 50 mil ejemplares del evangelio de bolsillo a todos los fieles presentes en la plaza de San Pedro.
Según la costumbre, en el tiempo de Cuaresma se le entrega una copia del evangelio a aquellos que se preparan al bautismo. Los libros, impresos por la Librería Editorial Vaticana, fueron distribuidos por 300 indigentes.
“Les será distribuido gratuitamente como un gesto muy bello, que le gusta a Jesús: Los más necesitados son aquellos que nos regalan la palabra de Dios”, dijo.
“Tómenlo y llévenselo con ustedes, para leerlo a menudo, cada día llevarlo en la cartera, en el bolsillo y leer un pasaje cada día. ¡La palabra de Dios es luz para nuestro camino! ¡Les hará bien, háganlo!”, agregó.
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