Cada vez muere más gente de cáncer en Nuevo Laredo, ¿lo ha notado estimado lector, entre su círculo de conocidos?, pero eso al gobierno estatal le importa muy poco, sobre todo, menos le interesa la gente sin recursos económicos que padece tan grave mal.
El 9 de noviembre del año 2011, se anunció en junta de Cabildo local, que días antes a esa fecha, se había licitado la construcción del Centro Oncológico Nuevo Laredo “Doctor Rodolfo Torre Cantú”.
Es fecha, a casi tres años y medio, que apenas (se supone) y sí se han aterrizado 74 millones de pesos.
Y decimos “se supone” porque tan alegre suma citada por los gobernantes, difiere de las opiniones de los constructores serios de esta ciudad, así como de médicos especialistas que saben del equipo ahí instalado o con que tal centro dizque especializado, cuenta.
El 7 de noviembre de 2012 (un año después del anuncio local), el gobernador Egidio Torre Cantú aseguró que sería una inversión total, de 368 millones de pesos.
Se inauguró el 29 de octubre de 2013 (dos años después del concurso) y no se puso en funciones, sino hasta un mes y medio después, por la selección y capacitación del personal.
Pero cuando ya iba a empezar a operar, que renuncia la primera directora del lugar, antes de siquiera iniciar, por cuestiones personales.
Así demoró otro tanto el inicio de actividades, debido a la que fue una lenta búsqueda de otro titular para suplir a la dama facultativa que no quiso entrarle, quién sabe por qué motivo, algo que se guardó muy bien.
Apenas la semana pasada (8 de abril, 2015), estuvo en esta ciudad, Norberto Treviño García Manzo, secretario estatal de Salud, para según él, supervisar el funcionamiento del citado centro oncológico.
Y en tal nosocomio dijo, respecto al promedio de 240 muertos en esta ciudad el año pasado por el cáncer; “Son defunciones que ocurren fundamentalmente en buena parte porque no llegan a tiempo (las personas) a su atención”.
¿Y qué hay del alto grado de irresponsabilidad oficial, de la lenta provisión de médicos, la mayúscula carencia de tecnología, instalaciones y en general de todo lo que requiere un sitio de esta naturaleza para dar un buen servicio, que se traduce en salvar vidas?
¿Qué del tiempo prudente para dotar de ese equipo humano y material tan necesario y que debe ser proveído por el gobierno estatal, que es el responsable de la medicina pública?
¿A quién responsabilizamos de las muertes por tener a medias un hospital tan importante que debe de atender a contrarreloj un mal crónico que se torna mortal, ante la carencia de las condiciones, medicinas, tratamientos, herramientas y del mismo valioso tiempo para aplicarlas?
Hoy -repetimos tiempo y dinero, que son muy importantes sobre el tema- son tres años y medio después de la licitación, apenas se tiene una primera etapa, con 74 millones de pesos de inversión.
Se supone que una segunda fase, será de 183 millones; y en una tercera y final inversión, se habla de otros 110 millones de pesos.
Pero, el gobierno de Egidio Torre Cantú concluye el año siguiente (justo en el Año de Hidalgo), así que del 9 de noviembre de 2011 en que se licitó, al 12 de abril de 2015, prácticamente no se tiene nada, gracias al nefasto gobierno estatal.
LO QUE SE EMBOLSARON
Entendemos que hay ciudadanos, entre pacientes y familiares, que están muy agradecidos por las medianas atenciones recibidas, pero es que así es nuestro noble pueblo, ignoran cuánto le escamotearon del erario, para presentarle las migajas que ahora le dieron.
Esto no merecemos en Nuevo Laredo, a nuestra ciudad se le ha negado el presupuesto estatal, aduciendo que somos un pueblo “rico”, autosuficiente económicamente.
Insistimos, nuestro pueblo no sabe que los involucrados dispusieron de cuanto dinero público, lo hicieron cual si hubieran aterrizado un hospital de primera, completo y vanguardista, cuando la verdad es que apenas los encargados del centro oncológico trabajan “con las uñas”.
CIFRAS CRUELES, DATOS INHUMANOS
Sólo en Nuevo Laredo (pues este centro oncológico tiene el calificativo de “regional”, con cobertura para la gente hasta Reynosa) anotamos que fueron 240 muertos de cáncer el año pasado y se detectaron 300 casos (no confundir cifras, son totalmente ajenas, una de otra).
Ahora en versión oficial, este 2015 ya van 59 decesos.
¿Por qué?, por atención tardía y deficiente, sea del paciente o de la medicina pública local.
El centro oncológico local, carece de los servicios necesarios para un tratamiento final de éxito, aquí sólo se brinda la primera atención, la básica, hasta ahí.
“Nuevo Laredo es prioridad para mi gobierno”, dijo el gobernador Egidio Torre Cantú, el 30 de octubre de 2013, un día después de la inauguración del Centro Oncológico “Doctor Rodolfo Torre Cantú”.
Y antes, Egidio Torre, casi al asumir el gobierno de la entidad, aseguró a los tamaulipecos, que a nombre de su finado hermano, el rubro de salud sería algo muy importante en su administración estatal.
¡Ah! qué cáncer tan mortal el que padece Nuevo Laredo, con este desdén y mala leche del gobierno estatal.
Discussion about this post