Emparejar elecciones en Tamaulipas con las que se realizan a nivel federal está resultando una carga difícil de llevar por el actual congreso local y especialmente por Ramiro Ramos en su calidad de presidente de la Junta de Coordinación Política.
Definir cuánto tiempo permanecerán en sus puestos las siguientes autoridades tanto de nivel estatal, como municipales y los diputados locales es fundamental para la buena marcha del estado.
De todos es sabido que Tamaulipas pasa por momentos complicados en todos los aspectos, tomar una decisión ordenada para atender el deseo de alguien y no el de la mayoría de los que habitamos de esta entidad es arriesgarse a sufrir consecuencias desastrosas y continuar en un ambiente de incertidumbre que sólo ha traído complicaciones para todos.
Dice Ramiro Ramos que Tampico y Nuevo Laredo serán los próximos municipios que se visitarán para pedirles su opinión en torno al Código Electoral “antes de ser votado por los diputados locales” en el mes de mayo.
Tamaulipas va un poco tarde a la reforma electoral, se ha demorado en decidir qué pasará con la unificación de elecciones, las candidaturas ciudadanas y la reelección de diputados y alcaldes, mientras otras entidades como Veracruz ya dieron su dictamen, aquí apenas unos días antes de los comicios de junio se estarán resolviendo estas cuestiones primordiales para la vida pública de Tamaulipas.
A la mayoría priísta le cuesta, y es normal que así sea, soltar amarres en temas electorales acostumbrado como está a resolver todo lo concerniente a elecciones, candidatos, términos, costos de las campañas, pero los tiempos se han modificado y la participación cada vez más activa del Instituto Nacional Electoral tiene un peso definido acerca de marcar las reglas para la realización de los cambios de gobierno donde no sea un partido o gobernante en turno el que lleve la batuta de las decisiones.
Intentar sacar las influencias externas en el Congreso para que éste decida libremente basado en la opinión recabada a los ciudadanos del estado permitirá tomar una determinación que contribuya a que Tamaulipas deje atrás de una vez la zozobra, el aislamiento, la tristeza y el miedo.
Viene este tema a colación porque ayer platicaba con un funcionario no de tercer, sino de cuarto nivel en el gobierno estatal, pero cercano a ciertos hilos de poder que le hacen estar enterado de temas que para la mayoría son secreto.
Y me llamó la atención que este hombre dijera que las elecciones para la renovación de poderes en Tamaulipas serán hasta el 2018, ¿cómo? Le pregunté, si son en el 2016. Él sólo acertó a contestar “es que todo está todavía discutiéndose”.
Esperemos que el Congreso local no salga con alguna atrocidad que la ciudadanía no creo está dispuesta a tolerar.
Como dice Ramiro Ramos el estado no aguanta un gobierno de dos años, por eso ha expresado públicamente la conveniencia de que en la elección del 2016 se elija a una persona para que gobierne de ahí a la siguiente elección federal intermedia que es en el año 2021 durando cinco años en el poder.
Por todo lo anterior la decisión del Congreso en mayo es fundamental para la buena marcha de Tamaulipas, esperemos que los diputados de todas las corrientes estén conscientes de ello.
LOS NÚMEROS DEL CONGRESO
Un estudio sobre transparencia a los congresos locales realizado por diversas organizaciones arroja los siguientes resultados en cuanto a Tamaulipas.
Diez puntos analizaron estas organizaciones, por ejemplo el congreso local tamaulipeco saco 80% en derecho a la información, en participación ciudadana y rendición de cuentas apenas un 33%, en información parlamentaria un 62%, en información presupuestal y administrativa un 17%, en información sobre legisladores y servidores públicos un 41%.
En lo que se refiere a información histórica un 100%, en datos abiertos un cero por ciento, en accesibilidad y difusión un 67%, en conflictos de interés un 14%.
Y lo que es destacable en Tamaulipas el congreso local saco cero por ciento en legislar a favor de un gobierno abierto.
“El principio de Conflicto de Intereses tiene un grado de cumplimiento “muy bajo” con apenas 16%, una mala señal si se considera que los parlamentos en países democráticos han desarrollado desde hace décadas disposiciones para evitar o inhibir el conflicto de interés, afirma el estudio. Entre los incumplimientos está la publicación de una base de datos de las versiones públicas de las declaraciones patrimoniales de manera estructurada y descargable en formato abierto de los legisladores” se señala en el estudio publicado en el portal Animal Político.
De acuerdo a ese resultado al congreso tamaulipeco le falta mucho para ser considerado dentro del estándar mínimo para ser considerado un Parlamento Abierto.
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