Rusia subió a lo alto del podio para acentuar su dominio tradicional en la gimnasia rítmica por conjuntos, que mantiene desde Sydney 2000 y a donde llegó China, impulsada por su evidente mejoría competitiva y por su condición de anfitrión.
Las rusas, que solucionaron sin brillo y sin aspavientos su trasvase desde la ronda de clasificación, fueron las mejores en la final. Superaron al resto en los dos ejercicios presentados en la final. Sumaron 35.550 puntos, por 35.225 de China, que fueron plata y 34.900 de Bielorrusia, que regresó a las medallas, que obtuvo el bronce. Italia terminó cuarta, fuera de los lugares de honor donde estuvo en Atenas.
España no formó parte de la fiesta final. La mala actuación en la segunda parte de la ronda de clasificación echó por tierra sus expectativas, calculadas inicialmente entre los cinco puestos de cabeza. Lejos queda el oro de Atlanta 1996, la décima de Sydney y la séptima plaza obtenida en Atenas 2004. Regresa a las profundidades de la competición. Acabó penúltima. Sólo superior a Brasil.
Rusia contó con Olessia Beloughina, Olga Glatskikh, Tatiana Kubakova, Natalia Lavrova, Elena Murzina y Elena Posevina para mostrar su autoridad y mantenerse inamovible en lo alto del podio, del que nunca ha bajado. Fue bronce en la primera edición en la que los Juegos acogieron la prueba de conjuntos (Atlanta) pero en Sydney ascendió al podio, de donde no se ha bajado nunca. Tampoco en Pekín.
El conjunto ruso mantuvo las distancias en los dos ejercicios de la final. Tanto en el de las cinco cuerdas como en el combinado de mazas y aros, donde su ventaja fue más llamativa.
Con tres aros y dos mazas sentenció la victoria. Superó en 150 puntos a China, la segunda mejor en un ejercicio en el que consolidó su ascenso al podio. Italia fue la tercera en esta ejecución, pero con un resultado insuficiente como para arrebatar a Bielorrusia o a las locales del podio.
El conjunto bielorruso, que dejó encarrilado su estancia en el podio con el ejercicio de mazas, donde obtuvo la segunda mayor valoración y sólo fue superado por Rusia, efectuó una representación arriesgada, que los jueces supieron apreciar. Especialmente en cuanto a la dificultad y a la puesta en escena artística.
China ha aprovechado su mejoría para alzarse con la plata. Al sexto lugar logrado en Atenas 2004 y a un mayor esfuerzo de sus componentes ha contribuido la benevolencia de los jueces, clamados por el masivo público que acudió a la Universidad de la Tecnología de Pekín.
Tras la cuarta plaza de Italia, 34.425 puntos, se situó Bulgaria, que sumó 33.550. Siempre en ese puesto, sus componentes se incapaces de aproximarse al bronce de Atenas hace cuatro años y menos a la plata de Atlanta.
Azerbaiyán, uno de los que ocupó plaza de las destinadas a España, fue penúltima. Se esforzó en las cuerdas, donde obtuvo un buen rendimiento. Pero bajó en el ejercicio combinado. Totalizó 31.575 puntos.
Ucrania no ofrece por conjuntos el rendimiento individual. Con Anna Bennesova como campeona del mundo y bronce olímpica en dos ocasiones, la última en Pekín, terminó en el último lugar de equipos. Sumó 31.100 puntos y fue la más floja en los dos ejercicios de la final.
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