Washington, D.C.-
La muerte del actor Robin Williams, atribuida a una depresión, puso de relieve un padecimiento frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La depresión es definida como un trastorno mental, principal causa mundial de discapacidad, que interfiere con las actividades laborales, escolares y familiares y ocasiona sufrimiento y dolor, físico y psicológico.
Sus síntomas incluyen un persistente estado de tristeza, ansiedad o sentimientos de vacío e indefensión, fatiga, dificultad para concentrarse, así como pesimismo o pérdida de interés en actividades que alguna vez produjeron placer, incluyendo el sexo.
La depresión puede manifestarse también con insomnio o excesivo sueño, pérdida de apetito o comida excesiva, dolores musculares, de cabeza, calambres o problema digestivos no curables con tratamiento, así como pensamiento suicida e intentos de suicidio.
Según la OMS, la depresión puede convertirse en un problema de salud serio, en especial cuando es de larga duración, o de intensidad de moderada a grave. “En el peor de los casos, la depresión puede llevar al suicidio”, subraya.
La muerte de Robin Williams fue dictaminada como suicidio por asfixia como resultado de ahorcamiento, según la Oficina Forense en California, cuya subjefa, Keith Boyd, destacó que el actor estaba en tratamiento por depresión.
El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) estadunidense señala que la depresión es uno de los desórdenes mentales más comunes en Estados Unidos, que afecta cada año a 6.7 por ciento de la población, y que en 2012 se presentó en 16 millones de adultos estadunidenses.
Un 70 por ciento de las mujeres tiene mayor posibilidad que los hombres de presentar depresión en la vida, y la incidencia es 40 por ciento menor entre los afroestadunidenses que en la población blanca.
EL NIMH citó que la edad promedio en Estados Unidos para que se presente un episodio depresivo es de 32 años de edad, aunque 3.3 por ciento de los adolescentes entre 13 y 18 años han experimentado un desorden depresivo “seriamente debilitante”.
Ambos organismos subrayan que el alcohol y otras substancias adictivas pueden coexistir con la depresión, así como con cambios de humor.
La depresión puede presentarse con otras enfermedades serias como padecimientos del corazón, VIH/sida, diabetes o enfermedad de Parkinson.
Cuando se presenta depresión en combinación con otra condición médica las personas tienden a presentar síntomas más severos en ambos padecimientos.
Una vez diagnosticado el padecimiento, una persona pueden recibir tratamiento a base de medicamentos y psicoterapia.
La OMS estima que más de la mitad de las personas que padecen depresión no reciben tratamiento, tasa que se eleva hasta el 90 por ciento en algunos países.
Apunta que las causas más frecuentes incluyen, falta de recursos y de personal médico capacitado, así como la estigmatización de los trastornos mentales y una evaluación clínica inexacta.
Discussion about this post