Fue Wiston Churchil quien dijo que la democracia es el sistema menos malo para el gobierno de los hombres, pero conscientemente debió poner el énfasis en la expresión “menos malo”, porque el abuso del poder y del dinero ha pervertido la forma de elegir a los representantes populares.
Ahí tenemos que, por la democracia, puede llegar al gobierno de Nuevo León una mujer que ha abandonado sus cargos de elección dos veces y confunde popularidad con talento pero que las masas ingenuas idolatran por su fama de conductora de música grupera en la televisión local y por el reparto de dádivas callejeras, aunque organismos civiles y muchos ciudadanos pensantes no la califican como idónea para un Estado que está acaparando fuertes inversiones extranjeras de la industria automotriz, de suerte que hace falta un buen economista o líder empresarial.
Por la democracia puede llegar a gobernadora de Sonora una mujer que presume el padrinazgo de un dinosaurio político que ya gobernó esa entidad pero que no quiere dejar la ubre presupuestal y sigue aferrado al poder camaral a fin de que se le rindan a sus pies las furerzas del PRI. Ah, y esa mujer no tiene empacho en interceder, cuando fue senadora, por amigos constructores que llenaron sus arcas de dólares con obras que les favorecieron mediante influencias oficiales, y ahora anda en campaña viajando en aviones de esos constructores. ¿Qué tal?
Por la democracia, el papá incómodo del gobernador de Jalisco, que es mucho más incómodo para una mujer que lo demandó por abuso sexual, está haciendo de las suyas brincándose no solamente la ética de su cargo de magistrado sino también las leyes al ser sorprendido en un audio de un medio informativo diciendo que su hijo el abusador le brinda todo su apoyo al candidato del PRI-PVEM a la alcaldía de Guadalajara, sosteniendo también con la claridad de su voz que el Tribunal Electoral del Estado favorece al PRI. ¿Más impudicia y soberbia del poder constituido?
Por eso el mandatario de Jalisco, al ver enturbiado el proceso con las declaraciones irrebatibles hechas públicas, debió salir al paso de la pose presumida de su padre, enredado en un presunto delito electoral por su proselitismo indebido, para pedirle que se mantenga al margen de todo a fin de darle certeza y credibilidad a quienes participan en los comicios del 7 de junio. Claro que ya en su domicilio los dos han de soltar la carcajada y se seguirán burlando de la inocencia de sus seguidores que están dispuestos a votar por el candidato del papá incómodo.
Por la democracia, Nuevo León ha debido soportar a un gobernador con otro papá incómodo, pues no solamente se jacta de haber llevado a ese cargo a su hijo desde que el viejo fue consejero jurídico del anterior gobernador del Estado, y ahora el avaricioso hombre de edad madura está aprovechando información privilegiada para comprar en el municipio de Mina muchas hectáreas a nombre de él y de otros dos de sus hijos con miras a revenderlas con precios superinflados cuando se termine el nuevo centro de rehabilitación social (penitenciaría).
Por la democracia, Monterrey fue víctima de la mala fama y presa del chantaje de un vendedor de quesos pues su hermano había sido electo como alcalde multitudinariamente, y no deseaba perder la oportunidad de hacer negocio mediante el chantaje a los casinos o centros de diversión.
Por la democracia tenemos un Presidente que llegó con las sombras de la duda de haber rebasado los topes económicos de campaña y sin aclarar las sospechas en que se vio envuelto Monex por inyectarle dinero al candidato del PRI.
Por la democracia tenemos que soportar un partido que de verde solamente tiene el color del que abusa en sus anuncios, pero que organizaciones internacionales reprueban como ecológico, porque aquí es solamente un gran negocio familiar a cargo del hijo de su fundador, como lo es el dizque izquierdista Partido del Trabajo (PT) al que su dueño no quiere soltar ni un minuto.
Y por la democracia se va tanto dinero al estiércol en propaganda y muchos etcétera sin que se deje de gastar a lo loco después de la elección el 7 de junio. Bueno, pero hay que convencerse que la democracia es el sistema menos malo.
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