Nueva York, E.U.-
México ocupó el lugar número 14 entre 158 países incluidos en el Informe de la Felicidad en el Mundo 2015, que considera que la satisfacción y el bienestar son indicadores críticos del desarrollo social y económico de una nación.
El reporte fue editado por académicos vinculados a una iniciativa creada por Naciones Unidas (ONU), denominada Red de Soluciones de Desarrollo Sustentable (SDSN).
Con un coeficiente de felicidad de siete mil 187 puntos, México mejoró respecto a la edición previa del informe, de 2013, cuando ocupó el lugar 16 con siete mil 88 unidades.
La medición, que busca que la felicidad y el bienestar sean indicadores considerados en la agenda del desarrollo, ubicó a Suiza como el país más feliz del mundo, seguido de Islandia, Dinamarca, Noruega y Canadá.
El país menos feliz en el mundo fue Togo, seguido de Burundi y Siria, de acuerdo con el reporte.
Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y miembro de SDSN, apuntó que la aspiración de toda sociedad es que cada uno de sus miembros pueda florecer en sus capacidades.
Según Sachs, “este informe ofrece evidencia sobre cómo alcanzar el bienestar social. No sólo se trata de dinero, sino de justicia, honestidad, confianza y buena salud”.
“La evidencia aquí será útil para todos los países en su búsqueda de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sustentables”, añadió.
El informe contiene análisis de expertos en rubros como economía, neurociencias y estadísticas nacionales, además de que describe la manera en que las mediciones del bienestar subjetivo pueden ser usadas de manera efectiva para evaluar el progreso de un país.
El índice toma en cuenta indicadores como el Producto Interno Bruto (PIB) real per cápita, la expectativa de una vida sana, tener a alguien con quien contar, la libertad percibida para tomar decisiones de vida y estar libre de la corrupción.
El documento muestra además que todas las mediciones de bienestar, incluidas las emociones y las evaluaciones sobre la vida, están fuertemente influidas por la calidad de las normas sociales y de las instituciones que nos rodean.
Entre estos factores destacan la familia y la amistad a nivel personal; la confianza y empatía en la comunidad; y el poder y la calidad de las normas sociales que determinan la calidad de vida a nivel interno y entre las naciones y las generaciones.
John Helliwell, profesor de la Universidad de British Columbia y coautor del informe, consideró que al tiempo que la “ciencia de la felicidad” avanza, se identifican cada vez con mayor precisión los factores que definen la calidad de vida.
“Nos alienta que cada vez más gobiernos en el mundo escuchan y responden con políticas que ponen al bienestar en primer lugar. Los países con fuerte capital institucional y social no sólo alientan un mayor bienestar, sino que son más resistentes a las crisis económicas y sociales”, afirmó Helliwell.
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