Pronto, quizá muy cerca, está la caída de Tomás Yarrington y también de muchos de sus colaboradores, hoy disfrazados de “prósperos” y “decentes” empresarios de Tamaulipas, ligados al gobierno de aquel, como lo mismo al de Eugenio Hernández Flores, incluso al actual de Egidio Torre Cantú.
El gobierno federal norteamericano “le hará la plana” a la justicia mexicana, pues aquí el PRI (Enrique Peña Nieto) investido en Poder Ejecutivo, nada más arribando al cargo, “recomendó” a los otros dos poderes (Legislativo y Judicial), que cesara toda averiguación previa, o incluso, cualquier juicio penal posiblemente iniciado, que pudieran existir en contra de los últimos ex gobernadores tamaulipecos.
Parece que se hará justicia para los tamaulipecos agraviados, ¡pero en Estados Unidos!, porque lo que es México, ya se había resuelto que no habría nada en contra de tan distinguidos priistas, “excelentes” gobernadores y por ende, “magníficos” servidores públicos.
Y será la autoridad de la Unión Americana, la que al pueblo de Tamaulipas, le pudiera arrancar una sonrisa, si no de satisfacción, sí de conformidad, en el sentido de que tanto pillo va a pagar por algunas de las que nos hizo. Incluso allá ya hay arrestos, a la vez que existen órdenes de aprehensión contra los “efectivos y eficientes” colaboradores de Yarrington Ruvalcaba y de Hernández Flores.
EN CADENA Y si Tomás “pisa bote” en Texas, ¡cuídense los otros gobernadores o funcionarios!, pues esta será una reacción en cadena, ya que se trata de una cofradía muy cerrada, de un “cuadro chico” muy selecto, entre funcionarios, contratistas, amigos y parientes. Tales como los citados gobernadores y los empresarios o prestanombres, Fernando Cano y Arturo Berlanga Bolado (ya requeridos por la justicia federal en Texas), entre muchos otros.
Amada gente de Tamaulipas, ojalá que esto no pare en Tomás Yarrington y que caigan a “La Pinta” (así se le conoce en el caló delincuencial chicano, lo que en México es el “fresco bote” o “chirona”) todos los más posibles saqueadores del erario estatal y también de los municipios, cuyos alcaldes en turno, estaban obligados a pagar cuota a sus padrinos.
Si en nuestro país no se pudo hacer justicia a un pueblo tan ofendido y saqueado por más de 12 años, gracias a un sistema político-partidista-gubernamental nacional, tan mayúsculamente corrupto y superlativamente impune, entonces que la Diosa Temis se haga presente donde tenga que ser.
Lástima que el brazo de la justicia haya tenido que cruzar las aguas del río Bravo, pero a los tamaulipecos eso ya no nos importa, tal vez por el contrario, lo que ahora ocurre en aquel país hacia nuestros casi seguramente facinerosos de cuello blanco, nos puede garantizar a un pueblo ofendido, que allá sí se hará justicia.
Pero -y aquí viene la encarecida petición de los tamaulipecos, aderezada con un gancho de atractivo, para que no desmayen las autoridades responsables de aplicar la ley y el derecho- ojalá que la señora Justicia estadounidense, no pare la bola en unos cuantos, que no se detenga la cosa, pues si le buscan bien, si le escarban, van a tener muchas cuentas bancarias y propiedades que incautar, todo para beneficio del sistema judicial norteamericano, sin duda que es un atractivo manjar para cualquier gobierno.
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