MÉXICO, D.F.- En un hecho sin precedentes en el Distrito Federal, la Procuraduría capitalina rescató a Zunduri, una joven de 22 años de edad que permaneció más de dos años encadenada del cuello a un mueble junto a una plancha de un negocio de tintorería, donde los dueños la obligaban a planchar ropa hasta por más de 12 horas seguidas.
Fue en un descuido de los propietarios del negocio que la mujer escapó y pidió ayuda. Al tener conocimiento de esta situación, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) solicitó orden de cateo para el establecimiento ubicado en la calle Izamal, colonia Lomas de Padierna, delegación Tlalpan, donde detuvo a cinco probables responsables identificados como José “N”, las hermanas Leticia y Fani “N”, así como Ivette y Jannet “N”. “Quiero que paguen cada lágrima, cada golpe, todo lo que llegué a pasar”, dice Zunduri, cuando la plática termina.
El Índice Global de Esclavitud 2014 indica que en México hay 266 mil 900 personas que trabajan como si fueran propiedad de un “amo”.
“Mi plan es vivir. Quiero ser repostera, quiero vivir, quiero recuperar los años que no viví”.
Sus ojos se iluminan por primera vez en la conversación. Luego, la primera sonrisa, cuando prueba un jugo de naranja que pidió al terminar la entrevista.
“¿Quieres que publique tu nombre real?”, le pregunto, antes de que se despida. Piensa. Sonríe otra vez.
“No. Ponme Zunduri, es japonés. Así se llamaba una amiga”.
Zunduri significa “niña hermosa”.
La joven Zunduri asegura que no hay ninguna parte de su cuerpo que no tenga cicatrices. “Son quemaduras, rasguños, marcas de tortura”,
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