Ciudad del Vaticano.-
“Recen por mí porque estoy un poco enfermo y soy un poco anciano, pero ¡no tanto!”, dijo hoy el Papa con tono de broma ante un grupo de ancianos y discapacitados en una parroquia a las afueras de Roma.
La tarde de este domingo, Francisco realizó una visita pastoral a la basílica “Regina Pacis” de Ostia, una localidad de la costa romana, y en el sermón de la misa instó a evitar “el chusmerío” y los “negocios sucios”.
Primero se reunió con un centenar de enfermos y ancianos en el gimnasio. Los saludó uno por uno y advirtió que las personas mayores “tienen la experiencia de la vida, la sabiduría de la vida, del dolor, de la paciencia, una sabiduría que nosotros olvidamos a menudo”.
Dijo que “cuando enfermos y ancianos no son cuidados, no está bien”. Fue ahí cuando habló de su propia persona, con una frase que sonó a broma pero que también recordó varias veces en las que el Papa aseguró que su pontificado “será breve”.
Más tarde, el líder católico se trasladó al patio externo, donde lo esperaba un grupo de jóvenes y scouts. “¿Cómo hacemos para ser testigos de esperanza?”, les preguntó.
Haciendo referencia al uniforme, señaló que “los zapatos grandes para ir adelante los tienen, la inquietud que los empuja también. Les sirve el gozo que viene desde dentro: Es un don, un regalo del espíritu santo”.
En el salón parroquial tocó el turno al encuentro con los esposos que han bautizado a sus hijos en el curso del año y, en un segundo momento, confesó a un sacerdote, una religiosa y un joven del oratorio en la sacristía.
En torno a las 18:00 horas locales (16:00 GMT) comenzó la misa. En el sermón estableció que, para Jesús, “es un hipócrita el que se finge un discípulo”.
“Cuando nosotros ‘despellejamos’ a los demás con el chismorreo o lo ‘despellejamos’ con estos negocios sucios que están a la mano de todos, entonces no permanecemos en Jesús”, refirió.
Reflexionó sobre el pasaje evangélico de la parábola de la vid y los sarmientos. Constató que “existen otros sarmientos”, los que se hacen ver como discípulos pero “lo hacen al contrario”.
Aclaró que esos “son los sarmientos hipócritas. Van todos los domingos a misa, ponen la cara de imagencita pero después viven como si fuesen paganos”.
“Jesús quiere solo dos cosas de nosotros: Que permanezcamos en él y que no seamos hipócritas. Si permanecen en mí pidan lo que quieran y les será dado. Jesús nos invita a permanecer. Si resbalamos en el pecado, nos perdona”, afirmó.
“Atención, entonces, si somos cristianos de palabra solamente y no de vida, porque estamos muertos, como sarmientos separados. Permanecer en Jesús quiere decir recibir la vid y también la podadura, pero recibirla de él”, continuó.
Antes de llegar a la parroquia el Papa cambió el programa, rompió el protocolo y visitó un grupo de monjas que viven dentro de un parque de diversiones, donde conviven con los nómades que lo administran.
“La alegría no se compra en el mercado, ni se gana jugando en el parque de diversiones. La alegría es un regalo del espíritu santo y nosotros cristianos debemos pedirla”, dijo.
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