SAN FERNANDO, TAM.- Si no es por la oportuna reacción de sus escoltas, el alcalde de San Fernando, Mario de la Garza Garza, reconoció que pudo haber muerto en el atentado del que fue víctima el jueves en una brecha de la zona rural González Villarreal.
El edil tamaulipeco declaró a un programa radiofónico nacional que “gracias a Dios y a sus escoltas” sigue vivo, tras ser rafagueados su vehículo y el de sus guardas con armas largas AK-47, de las llamadas “cuerno de chivo”.
Según el alcalde, calcula que los delincuentes les vaciaron cuatro cargadores en el ataque.
“Yo aprecio y reconozco la reacción de los escoltas que prácticamente nos salvaron la vida”, señaló De le Garza Garza, y añadió que su convoy era de tres vehículos mientras que el grupo delincuencial era de cuatro unidades.
“Cuatro vehículos que estaban en la carretera, y este… si alcanzamos a distinguir cuando empezamos a escuchar los disparos, pues la verdad los disparos los pudo detener la camioneta de mis escoltas, sino si hubiera sido algo más fatal” denunció el alcalde.
Tras el ataque, aseguró que la comitiva emprendió el regreso por la brecha y fueron perseguidos hasta 10 minutos por “la gente armada”, hasta que llegó el resguardo de la Secretaria de la Defensa Nacional.
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