México, D.F.-
Es el hombre de la prominente y eterna sonrisa, mas eso no significa que siempre ande de buenas. Amante de espectaculares parrandas, Ronaldo de Assis Moreira nunca cuida los modos ni se distingue por mentir. Desfachatado, uno de los más grandes futbolistas que ha venido a México, jamás se cuida del que dirán o de las formas.
Las pocas veces que aparece en conferencia, Ronaldinho descubre sin tapujos su forma de vida. Llega tarde a los entrenamientos y por lo regular se brinca las pretemporadas. Aun así, el ídolo brasileño es imán de taquillas y de loas. Sus compañeros lo justifican, a pesar de los constantes berrinches que se le contabilizan a este monstruo de las canchas.
El último de ellos ocurrió en plena Liguilla, aunque usted no lo crea… “Dinho” escenificó, en plena semifinal, uno de esos desplantes que lo caracterizan. En pleno partido de ida, frente al Pachuca, se molestó porque el director técnico Víctor Manuel Vucetich decidió sacarlo a falta de unos minutos para el silbatazo de medio tiempo. Con la desventaja en el marcador, el “Rey Midas” vio cómo su equipo se quedó con 10 hombres, a partir de la expulsión de Ricardo Osorio.
Molesto, el astro emprendió la marcha directamente al vestidor y ya no apareció en el banquillo del Querétaro en el segundo tiempo. Se duchó y partió en una camioneta blanca. Un día después ofreció disculpas y la sanción del “Vuce” fue dejarlo sin participar en la vuelta. Ese día, Gallos Blancos remontó la desventaja de dos goles y clasificó a la final.
El “Midas” le quitó la sanción a “Dinho”, tras incluirlo en Torreón. En ese encuentro, el Santos Laguna se despachó con cinco goles y lo único sobresaliente que pudo hacer Ronaldinho fue presenciar desde la cancha la paliza que le propinaron los Guerreros a su equipo.
Acostumbrado a conquistar títulos en todos los equipos donde ha estado, el futbolista de 35 años estuvo a un paso de otro logro, pero esta vez no ha sido posible concretarlo. Mago de las canchas, genio, alguna vez mejor jugador del orbe, Ronaldinho ha sumado trofeos a granel. Monarca en el Mundial 2002 con Brasil, trascendió con Barcelona en Champions League, con Atlético Mineiro en Libertadores, alzó Ligas con los blaugranas, la Serie A con el Milán, el campeonato Gaúcho con el Gremio o el Carioca al lado del Flamengo.
En México participó con la Verdeamarela en la Copa Confederaciones 1999, en la que la Selección Nacional logró coronarse a costa del equipo de Ronaldinho, en una batalla épica que será recordada por mucho tiempo, dado que es el máximo logro alcanzado por un representativo mayor.
“Dinho”, en el Querétaro ha dado más noticia fuera de las canchas. Pero el pasaje más espectacular lo vivió en la presente campaña, cuando en menos de ocho minutos —cuando ingresó de relevo— aportó un par de goles contra el América en el estadio Azteca, destellos futbolísticos que dibujaron un impactante 0-4 de los Gallos a costa de las orgullosas Águilas.
En distintos pasajes se ha puesto en duda la continuidad de “Dinho”. Algunos piensan que éste ha sido su adiós del futbol mexicano. La directiva queretana anhela que el ídolo continúe. Otros ya lo imaginan, en pleno retiro, en la MLS de Estados Unidos.
Y mientras se define el futuro de uno de los jugadores más queridos en el orbe, el club lo imagina al lado del italiano Andrea Pirlo o del marfileño Didier Drogba, futuros “cañonazos” que pretende dar Gallos Blancos a la próxima edición de la Liga MX.
Monstruos sagrados, difíciles de manejar y de convencer, pero que en caso de lograrlo tendremos al célebre “Dinho” en el cierre de 2015, con 35 años y sus últimos destellos mágicos, a menos de que se trate del último manjar del brasileño, a quien la veteranía, los berrinches y la fiesta le han alcanzado, pese a todo, para estar en otra gran final.
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