La noche del 11 de noviembre de 2007 eran pocos los que permanecían en el comité de campaña del candidato del PAN lamentando la derrota. Uno de ellos era Felipe de Jesús Cantú Rodríguez.
Un regiomontano amigo del actual aspirante a la gubernatura de Nuevo León de nombre Gerardo Peña Flores, con nula experiencia política, fue impuesto para contender por la alcaldía de Reynosa bajo el padrinazgo de Francisco García Cabeza de Vaca.
La derrota de Acción Nacional, partido que administraba la ciudad fronteriza, fue la primera de tres al hilo, y uno de los testigos de esa debacle fue precisamente Cantú Rodríguez que estaba entre los pocos esa noche triste.
Después supe que el panista, quien hoy aparece en tercer lugar en las encuestas en Nuevo León, era amigo de Peña Flores, originario de Monterrey y casado con la heredera de una fortuna familiar muy reconocida de Reynosa.
Casi ocho años después, Cantú Rodríguez será protagonista de una derrota anunciada desde comienzos de año, cuando los grupos albiazules traicionaron a la alcaldesa de la capital del Estado, Margarita Arellanes, quien debió ser la candidata al gobierno por el PAN.
Según las encuestas de Hora Cero realizadas desde febrero pasado, días antes del arranque de la contienda, la batalla se está dando entre el independiente Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” y la tricolor Ivonne Alvarez García.
En una fiesta donde el aspirante panista no está invitado, castigado en las preferencias de los electores porque simplemente su partido apesta a desconfianza. Porque los simpatizantes de los colores blanco y azul no perdonarán que Arellanes fue objeto de una canallada.
Sin duda la alcaldesa regia, con aciertos y desaciertos en su gestión, hubiera sido más competitiva que el ex alcalde de Monterrey, ex diputado local y federal, y no precisamente por su bagaje, sino porque la marca Arellanes era mejor producto electoral.
En Reynosa, casi ocho años después, el PAN también va rumbo a perder la diputación federal del Distrito II, con un Cabeza de Vaca que se aferró -nuevamente- a imponer esta vez a su hermano menor, un miembro de una familia con la etiqueta de corrupta.
Pero esta vez Cantú Rodríguez no podrá acompañar en su dolor a los Cabeza de Vaca, porque el 7 de junio tendrá razones suficientes para llorar su propia derrota.
Y aunque sus asesores quieran levantar el ánimo del equipo de campaña, en estos casi tres meses se han hecho tontos, porque ni los más optimistas creen que el candidato del PAN disputa las intenciones de voto con su contrincante del PRI.
Desde el arranque de las hostilidades un grave error cometieron los integrantes del “war room” (cuarto de guerra) del aspirante albiazul, ignorando a “El Bronco” refundiéndolo hasta el tercer lugar, cuando dentro del búnker saben que su gallo está fuera de toda posibilidad de ganar.
Su pésima estrategia y las divisiones internas también ponen en grave riesgo la alcaldía de Monterrey, pues las encuestas serias colocan a Iván Garza, el abanderado panista, entre 10 y 12 puntos por debajo del priista Adrián de la Garza.
Los albiazules que quieren regresar al gobierno de Nuevo León donde estuvieron de manera efímera sólo un sexenio (1997-2003),
hacen sus propias cuentas alegres de que van en primer lugar, o al “tu por tu” con la candidata del PRI.
Está bien que quisieron tener el ánimo hasta arriba, pero tres meses se estuvieron engañando solos, con un coordinador general de campaña de nombre Javier Prieto de la Fuente, que semana a semana presentaba una encuesta digna de carcajadas dentro del círculo más cercano del candidato.
El PAN en el Estado va rumbo a su peor derrota en Nuevo León, sólo equiparada con 2003. Porque si en 2012 siendo gobierno federal se fue al tercer lugar, esta vez pasará porque en su camino se apareció un tercero en discordia: “El Bronco”.
Que Acción Nacional se vaya hasta la tercera posición es prácticamente seguro, como pasó con Josefina Vázquez Mota quien, como abanderada presidencial, fue barrida y rechazada por el electorado, y ni la red de 12 años de gobiernos albiazules en México pudo detener el azote.
¿Pero de quién será la culpa? Seguramente del candidato no, sino del grupo que mangoneó su campaña como las tribus que quieren seguir mandando en el PAN, uno de ellos el senador Raúl Gracia, por cierto, defensor a ultranza de su colega de bancada Cabeza de Vaca.
Después del 7 de junio los albiazules en Nuevo León retendrán San Nicolás, San Pedro y Santa Catarina donde no habrá sorpresas, pero perderán seguramente Monterrey. Y el sueño de Felipe de Jesús Cantú de ser gobernador se esfumará cuando los electores tengan en sus manos la boleta.
En Tamaulipas, donde se renovará la gubernatura el próximo año, la clase política está siguiendo interesadamente el fenómeno independiente de “El Bronco” quien, aún perdiendo, hará historia por poner con los nervios de punta al sistema, al gobernador Rodrigo Medina de la Cruz y a los partidos políticos tradicionales.
Como también será histórica una primera mujer gobernadora en un Estado de vanguardia en México, si Alvarez García resurge y gana.
Sin embargo, donde no habrá margen de sorpresa es que el PAN se hundirá hasta el tercer lugar. Las horas avanzan.
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