México, D.F. / Mayo 26.-
Uno es el señor de las Liguillas, otro, el lord de los títulos. Nadie tiene más entradas a la fiesta grande que Ricardo Ferretti con 23, como nadie suma los cuatro títulos que Enrique Meza presume en torneos cortos. Técnicos de Pumas y Pachuca, respectivamente, transitaron en redondo en el balompié mexicano para sentenciar hegemonía de felinos o Tuzos, para 12 años después volverse a encontrar en una final, aunque sea en banquillos distintos.
Y es que si hay algo que a Enrique Meza le retuerce el recuerdo de su primera final como técnico es precisamente el bigote de la banca de enfrente. Sí, aquel Ricardo Ferretti que dirigía a Chivas y le venció en los duelos por el título del Invierno 1997 de fea manera, vaya, con un escandaloso global de 7-2.
Inversamente proporcional es el sentimiento de Ferretti, porque el señor Liguilla cojea a la hora de contar títulos. El conteo de 23 fases finales de Ricardo Ferreti palidece apenas se compara con su efectividad de trofeos: uno. Sólo uno en más de dos decenas de fiestas por el campeonato.
Aquel del Invierno 97 contra los Toros Neza de un incipiente “Ojitos”, de un Enrique Meza que ha regresado para cobrar una factura, convertido en un casi infalible.
Y es que Meza no acostumbra fallar en la instancia por el título. Lo demostró con el Toluca, club con el que se coronó en tres ocasiones. A la que suma el título obtenido con Pachuca en el Clausura 2007 ante el América.
De ahí aquello de lord de los títulos. Cinco finales disputadas y cuatro de ellas con el trofeo de campeón en la vitrina del club que resguarda.
Y Meza no para. Ahora busca lo que nadie con los Tuzos. Ganar como técnico su segundo campeonato, para superar de una vez por todas a Aguirre, Tena, Vucetich y Trejo, todos campeones con los Tuzos, pero sólo por una vez.
Ferretti también tendrá su propia revancha. Quizá no contra Meza, pero sí ante los Tuzos.
Invierno 2001. Los Tigres de Ferreti mandaron al final de la competencia. Un equipo equilibrado con una zaga disfrazada de muro, sólo 12 tantos en contra en 17 juegos. Un cuadro que en la Liguilla se comportó canchero, calificando en cuartos gracias su poder como local, así venció al Santos, que en semifinales sacó ventaja del reglamento al eliminar a Cruz Azul gracias a quedar mejor colocado, pero que en la final chocó con un mandón de los torneos cortos: Pachuca.
Bastó la ida en el Hidalgo, donde el cuadro del Tuca, diseñado para defenderse cayó 2-0, mortal, que nunca remontó.
Una espina que Ferretti aún trae clavada. Tanto como la de regresarle a la Universidad un campeonato desde el banquillo, tan glorioso como el que le regaló como jugador con aquel inolvidable tucazo de 1990-91.
Es el duelo de los especialistas. Ambos como viejos lobos de estas instancias. Uno, Ferretti hambriento de abrir una empolvada vitrina de títulos; otro, Meza con la sapiencia del que está acostumbrado a cargar el trofeo de monarca. Es el duelo del señor de las Liguillas, ante el lord de los títulos de los torneos cortos del futbol mexicano.
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